Desde la invención de los smartphones, la vida de las personas cambió por completo. No solamente a gran escala, es decir, en cosas como la posibilidad de comunicarse desde cualquier lado del mundo en cuestión de segundos o de acceder a todo tipo de información desde la palma de nuestra mano, sino que también en pequeñas cosas del día a día.
Una de estas pequeñas cosas que cambiaron es la utilización del teléfono celular como despertador, reemplazando a los viejos relojes analógicos. Si bien hoy en día es una práctica muy común ya que estamos acostumbrados a hacer todo con el mismo aparato, la realidad es que es más perjudicial que otra cosa.
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