Indudablemente la educación es la herramienta más poderosa con la que contamos para transformar la realidad, para cambiar patrones de un mundo que debe ser reconfigurado en pos de la construcción de una nueva normalidad.
El COVID-19 ha dejado en evidencia la necesidad de reconvertir nuestra lógica de articulación económica y social, para lograr una transformación masiva de nuestras conductas donde la educación representa un rol protagónico e imprescindible. Los desafíos venideros para la humanidad en materia climática y ambiental requieren que todos los sectores de la sociedad sean parte del proceso, aunque los más conscientes y comprometidos son los jóvenes y los niños.
Si bien en Argentina se ha aprobado recientemente la ley de educación ambiental, la clave pasará no sólo por la aplicación de la normativa, que se encuentra enfocada en las currículas de la educación formal de los niños y adolescentes, sino también por el alcance que se pueda lograr sobre aquellos mayores que no forman parte del sistema educativo pero son accionistas de las problemáticas actuales y que por tanto deben serlo de las soluciones futuras.
En ese sentido, debemos ser conscientes que cada persona dispone de, al menos, dos grandes instancias para cambiar la realidad, la primera como consumidor y la segunda como ciudadano. Los hábitos de consumo definen la oferta de bienes y servicios del sector privado y por tanto, sus atributos y procesos productivos. En paralelo, las preocupaciones y demandas de la ciudadanía configuran las agendas políticas y las prioridades gubernamentales. Aquí radican las oportunidades y necesidades de “educar” para hacer frente a las exigencias globales en el mediano y largo plazo.
A la fecha, la academia no ha podido encuadrar el Desarrollo Sustentable dentro de las tradicionales clasificaciones de ciencias duras (matemáticas o numéricas) o blandas (sociales) por lo que podría considerarse como una Ciencia “Viva” que se está definiendo constantemente con el aporte de todas las ramas de estudio y perfiles de conocimiento.
En este sentido, desde la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires se ha conformado el Centro de Desarrollo Sustentable Geo como un espacio colaborativo y multidisciplinario que promueve un proceso de transformación integral hacia un nuevo modelo de convivencia social que se base en un desarrollo sustentable (económico, social y ambiental). Geo se conforma principalmente de estudiantes, profesionales y docentes tanto de la UBA como de otras instituciones académicas, aunque también se encuentra abierto a la comunidad en general.
Su equipo ha desarrollado un marco conceptual de intervención específico y por ello procura realizar un aporte a través de seis ejes temáticos: (1) Administración Sustentable, (2) Economía Verde, (3) Protección y Gestión Responsable de Recursos Naturales, (4) Transformación Social Masiva, (5) Información Estratégica Integral y (6) Ciudades Sostenibles; considerando las tres grandes problemáticas globales en materia ambiental: i. Cambio Climático; ii. Pérdida de Biodiversidad; y iii. Explotación indiscriminada de Recursos Naturales.
Su forma de intervención se basa en: A. Investigaciones (desarrollo de publicaciones, papers académicos e incluso libros en el marco de programas de la universidad o con organismos nacionales e internacionales, a fin de generar conocimiento y contenidos); B. Docencia (promoviendo la incorporación de la sustentabilidad en las currícula de las carreras universitarias, generando asignaturas y proponiendo cursos de posgrado en la materia); y C. Extensión Universitaria (generando proyectos destinados a la sociedad en su conjunto, colaborando con entidades y organismos, dictando charlas abiertas a la comunidad y divulgando el desarrollo sustentable en el sentido más amplio y accesible, entre otras actividades).
Asimismo, el Centro Geo cuenta con el primer espacio sustentable de la Universidad de Buenos Aires (en la Facultad de Ciencias Económicas), pensado como un ámbito de coworking, abierto, innovador y ambientalmente sostenible que se configura como un punto de encuentro para todos los integrantes del centro.
Desde su conformación se han generado diversas investigaciones y documentos para organismos internacionales, destacándose los estudios realizados para PAGE (Programa constituido por 5 agencias de Naciones Unidas) sobre economía verde y transición justa, sostenible e inclusiva post pandémica en Argentina.
Asímismo, ha producido proyectos concretos con organismos nacionales tales como el IPAR (Índice Provincial de Atractivo Renovable) con la ex Subsecretaría de Energías Renovables y Eficiencia Energética de la Nación, o sobre la gestión de residuos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, proponiendo también la creación de un Observatorio Económica Ambiental para la ciudad.
En el marco de su compromiso con la reconfiguración de las ciencias económicas, desde el centro se ha desarrollado el concepto de “Administración Sustentable” presentando una propuesta para crear la asignatura como optativa para las carreras de administración y contador público.