La importancia de poder adaptarse y continuar es una característica que si bien es evolutiva no todos la tenemos activa actualmente. Uno de los motivos principales es que la sociedad contemporánea busca satisfacción inmediata por lo que nos cuesta cada vez más tolerar la incomodidad.
Hoy quiero presentarte un concepto del taoismo, que es una filosofía china de miles de años de antigüedad. Se denomina wu-wei. Lo podemos traducir como ´no hacer nada´ de ahí deriva la popular frase: frase déjalo ir, fluye. Este conocimiento milenario tiene como fundamento principal el Tao de Quing, un libro que mediante versos expresa la manera más apropiada de acercarse al Tao.
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Vamos por partes, ¿Qué es el Tao? Para nuestra cultura occidental esta cosmovisión puede resultar un tanto compleja de entender, pero espero poder explicártela de manera simple. El Tao es un estado de consciencia tanto física como mental de nuestro conocimiento, acción, decisión, interacción y existencia. Se va adquiriendo a través de diversas experiencias y aprendizajes (teórico-prácticos).
La peculiaridad de el Tao es que mientras más creemos acercarnos a él, en realidad más nos estamos alejando. ¿Por qué? Porque cuando caemos en el engaño de nuestro ego de creer dominar algo, dejamos de cultivarnos en ese aspecto y al abandonarlo, dejamos también todo lo que ya habíamos adquirido anteriormente.
Y es justamente allí donde entra el wu-wei. Dentro del libro que mencionamos anteriormente se menciona la siguiente frase: “El wei nunca actúa, y aún así nada queda sin hacerse”. Por lo que este concepto está promoviendo acciones que sean naturales, que sea sin mayor esfuerzo. Por lo que necesitamos estar en paz mientras nos involucramos en cada una de nuestras acciones.
Se que se suena menos complicado de lo que puede llegar a ser, pero te invito a que por un momento cierres los ojos y recuerdes la ultima vez en la que sentiste una inspiración tan profunda que no había nada que pudiese detenerte. Ese estado mental es lo que varios artistas llaman “estar en la zona”, es una sensación que promueve una concentración y fluidez profunda.
El objetivo es que podamos vivir en ese estado de armonía constantemente, y para ello esta filosofía nos dice que debemos aprender a ir con la corriente en vez de en contra de la misma. Y para ello debemos aprender a soltar aquellos esquemas mentales que están haciendo que intentemos forzar lo que estamos viviendo para que encaje en nuestras expectativas.
Ésta es una invitación a que empieces a poner los deseos de tu ego de lado, a que puedas experimentar las cosas de una manera más objetiva y transparente. Una vez que empieces este proceso tu nivel de consciencia incrementará, podrás darte cuenta de muchas más cosas y del impacto que tienes con cada una de las interacciones que decides realizar con todo lo que te rodea y esto incluye a las personas.
Recuerda, esta es sólo una manera de comenzar a vivir una vida en armonía. Cuando logras entenderte, como resultado podrás comenzar a entender al resto y a las situaciones que has decidido experimentar. Quedarse de brazos cruzados no es una opción. La vida te pide fluir.
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