¿De qué hablamos cuando hablamos de naturalización de imágenes? Empecemos con un ejercicio. Una persona que sabes que adora los elefantes cumple años y tu intención es sorprenderla. Piensas en ir a una tienda esa misma tarde y elegir un adorno de elefante que decore su habitación.
Si tuvieras que describir la primera imagen que se viene a tu mente cuando pensaste en ese adorno, ¿cómo sería? Si tu primera respuesta fue pensar en elefantes con bellas mantas bordadas sobre su espalda, o con hermosos dibujos en su rostro y grandes tocados decorando su cabeza: estamos en presencia de la naturalización de imágenes.
¿Pero a qué nos referimos con esto en realidad? En nuestro día a día estamos rodeados constantemente de imágenes, ya sea en fotos, videos o propagandas en redes sociales, en la televisión o incluso en la calle. Y muy pocas veces nos detenemos a observar realmente y nos cuestionamos de dónde vienen esas imágenes, por qué están ahí o qué tuvo que pasar antes.
Es imposible encontrar un elefante con una manta y un tocado en la cabeza en su hábitat natural. Simplemente esas cosas no suceden. ¿Entonces, por qué es que están ahí? Los elefantes son seres increíbles, conocidos por su gran capacidad de sociabilización y su inteligencia. Históricamente, el hombre ha usado a los elefantes (y a muchos animales) a su favor. Hoy no nos vamos a detener a enumerar la enorme cantidad de problemáticas que aquejan a estos seres en su convivencia con el hombre, solo nos vamos a focalizar en una.
El adiestramiento por refuerzo negativo
Suena un poco rudo, ¿no?
Esto es precisamente lo que viven todos los elefantes que están al servicio del hombre en circos, en la industria del turismo, zoológicos o incluso esos elefantes que imaginamos con mantas y tocados, muchas veces asociados a figuras sagradas. Los elefantes trabajadores son el común denominador que abarca todas estas facetas. Para poder llegar a ese estado de sometimiento y servicio del hombre, los elefantes son sometidos a un doloroso adiestramiento llamado “phajaan” cuya finalidad es “quebrantar el espíritu” de estos animales, para volverlos seres sumisos y receptivos a las órdenes de sus entrenadores humanos y el “hook” o gancho. Si bien esto es algo que puede suceder tanto en elefantes africanos como asiáticos, son estos últimos los más asociados y propensos a ser atravesados por este tipo de prácticas.
Es nuestra responsabilidad dejar de tomar ciertas imágenes como naturales y comenzar a replantearnos qué escenario previo fue el que favoreció que esa imagen se volviera una realidad. Informar y educar, siempre desde el respeto, qué es lo que conlleva detrás y volvernos a conectar con la naturaleza de esas imágenes para desarrollar un ojo crítico.
Ese es justamente el tipo de pensamiento que debe generarse al ver esa clase de imágenes. Agudicemos nuestra mirada, volvámonos más críticos, cuestionemos.
El desafío de desnaturalizar
Te invitamos a que investigues tu casa o la de algún familiar en busca de figuras o imágenes representativas de elefantes que tengan algún indicador de maltrato y/o explotación animal y de esta forma, comiences a entrenar tu ojo crítico. Ser más conscientes de las imágenes que compartimos es el desafío que nos presentan las redes sociales día a día.