Un hombre identificado como José Monzalvez, de nacionalidad argentina, intentabacazar elefantes en Kalkfeld, Namibia cuando fue aplastado una de sus víctimas.
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José Monzalvez, de 46 años de edad, argentino que trabajaba en unapetrolera brasileña, fue aplastado la tarde del sábado por un elefante en Otjozondjupa,Namibia. ¿La razón? Intentaba cazarlo.
Según The Namibia Press Agency(NAMPA), el ataque ocurrió en Granja Mopane en el distrito de Kalkfeld. Seconoció que Monzalvez tenía permiso decacería en ese territorio y que además ibaacompañado de tres namibianos y dos argentinos, quienes buscaron refugioantes de disparar. Monzalvez no pudo escapar.
Caza indiscriminada
Según la ONG Wild for Life; “Los elefantes son cazados furtivamente engrandes cantidades por su marfil. En años recientes, los expertos han estimadoque se han matado alrededor de 100.000elefantes en el período 2010 a 2012. Los colmillos de marfil se utilizanpara una variedad de productos, desde brazaletes hasta íconos religiosos ytallados delicados”.
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Este hombre tenía un permiso de caza, pero de todas formas esta actividad le costó la vida. Como esta vez la vida perdida fue la del cazador, el caso aparece en las noticias. ¿Pero qué pasa cuando cada día mueren elefantes por cacería no solo furtiva, sino también legal? Inseguro para los hombres, fatal para los animales. Si nadie sale bien parado, ¿por qué seguimos insistiendo?