Como decía Aristóteles, en las adversidades sale a la luz la virtud. Las catástrofes naturales, como el terremoto ocurrido en Nepal el pasado 25 de abril, sacudió la tierra pero también movilizó muchos corazones.
Pareciera que cuando uno vive una situación de vulnerabilidad, cualquier barrera social o miedo cae por su propio peso y salen a la luz la vida y la solidaridad. Tal es el caso de Ishwor Ghimire, un joven de 19 años que rescató a 55 huérfanos durante su visita al hogar de mujeres y niños de Katmandú.
El temblor de 7.8 puntos en la escala Richter hizo que las construcciones en Nepal colapsaran o se movieran desde los cimientos. Como sucedió con muchos edificios y templos de Katmandú, el edificio donde estaba este hogar corría un riesgo de colapso durante y después del terremoto. Ghimire, en un acto de coraje, ayudó a evacuarlo. Tras la evacuación, construyeron (junto a la operadora del hogar Mother Rajan) una carpa de plástico como cobijo temporario.
Los niños aún sienten frío y necesitan de un nuevo hogar. Ghimire, si bien es nepalí, actualmente se encuentra estudiando en el Pulteney Grammar School en Adelaide, Australia gracias a una beca. Dicha institución está acompañando a Mother Rajan en esta ardua tarea de reconstruir el hogar, satisfaciendo las necesidades básicas de los niños que actualmente se encuentran durmiendo en la intemperie, tal como muestran las imágenes, protegidos solamente por una lona de plástico.
Todavía queda mucho por reconstruir y muchas personas a quienes ayudar. Si quieres ser parte de este cambio, puedes donar y/o conectarte con fundaciones para colaborar con la causa.
Cada uno, desde su lugar, puede acompañar a nuestros hermanos nepalíes en este momento de dolor. Mientras hay vida, hay esperanza.
FuenteHuffPost