Drew Barrymore atravesó un camino difícil para alejarse de las adicciones, y no es un secreto para nadie que estuvo hundida en ellas desde muy temprana edad. Su padre fue alcohólico, abusivo y además la abandonó cuando ella tenía tres años. Por su parte, su madre y manager Ildiko Jaid Barrymore se dedicó a explotarla laboralmente y a exponerla a todo tipo de situaciones comprometedoras y peligrosas como diversas fiestas adultas en el mundo de Hollywood.
De esta manera, la pequeña Drew probó el alcohol por primera vez a los ocho años y ya a sus doce se había vuelto adicta a la cocaína. Entró y salió muchas veces de rehabilitación a lo largo de un año.
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Entre tanto caos hubo una persona muy importante en la vida de Drew: el director Steven Spielberg. Ambos se conocieron cuando ella tenía 7 años durante el rodaje de la cinta E.T. Desde entonces el director la veía como una niña en peligro, involucrada en situaciones peligrosas. De hecho, tiempo después el director confesaría sentirse muy impotente por aquella época, en este sentido, la consideró su protegida por mucho tiempo.
“Se quedaba despierta mucho después de su hora de acostarse, iba a lugares de los que sólo debería haber oído hablar y vivía una vida a una edad muy tierna que creo que le robó su infancia”, dijo una vez. “Me sentía impotente porque no era su padre. Sólo podía ser una especie de consejero para ella”, dijo Steven Spielberg.
Sin embargo, a pesar de todo esto, Spielberg se encargó de hacer el set de E.T. un lugar mágico para Drew donde ella pudiera soñar y fantasear como una niña. En relación al muñeco mecánico del extraterrestre que necesitaba de 8 personas para ser controlado, Spielberg le decía que “era un extraterrestre tan importante que necesitaba de 8 asistentes”. Definitivamente se enfocó en mantener la magia de inicio a fin.
Drew Barrymore aseguro que Spielberg ha sido “la única figura paterna que ha tenido durante toda su vida”. Pero Spielberg no fue el único en apoyarla. Tamra Davis también fue una de las personas que más la apoyo cuando decidió volver al mundo del cine, un momento duro para Barrymore donde se pensaba que sus oportunidades se habían acabado. Sin embargo, Davis decidió creer en ella y la apoyó en todo momento.
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De esta manera, no es un misterio para nadie la tormentosa vida que ha atravesado esta actriz. Tuvo momentos duros y ácidos, pero logró reponerse y salir adelante. Hoy es una respetada actriz y madre dedicada a dos hijas que crecen lejos del caos que ella vivió, una muestra fehaciente de que si se pueden cortar lazos tóxicos y comenzar de nuevo.
Fuente: Infobae.