Que has estado en el vientre de tu madre antes de nacer es una obviedad. Pero, ¿alguna vez has oído que has estado ya también en la panza de tu abuela? ¿Cómo es posible eso?
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Las células sexuales femeninas son los óvulos que, de hecho, son las células humanas más grandes. A diferencia de los hombres, los óvulos comienzan a formarse a partir de las nueve semanas de gestación. Alrededor del quinto mes de gestación una bebé de una niña tiene alrededor de siete millones de ovocitos (óvulos inmaduros).
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Luego, cuando una mujer nace, la cantidad de sus óvulos ya formada va descendiendo mucho en cantidad (por un proceso natural que se llama "apoptosis"), y es finita. Se calcula que una mujer produce entre 350 y 450 óvulos a lo largo de toda su vida. En cada período, además, se pierden alrededor de mil ovocitos que no han llegado a madurar. Por el contrario, una sola eyaculación de un hombre contiene en número más espermatozoides que el que las mujeres tendrán en toda su vida.
Lo curioso es que si esto es así, quiere decir que una parte de ti, el óvulo que luego ha sido fecundado por tu padre, se ha formado en el vientre de tu abuela, cuando tu mamá fue creciendo. Por eso, de alguna manera, tú también has estado ahí.
¿Lo habías pensado alguna vez?