Todos queremos rendir bien en nuestro trabajo, y en ocasiones (que deberían ser la excepción) eso implica trabajar horas extra. Sin embargo, debemos tener cuidado de no llevarlo al extremo porque el estrés físico y mental del exceso de trabajo puede tener un impacto muy dañino en nuestra salud.
En Japón la cultura laboral es sumamente agresiva y los empleados son presionados para trabajar horas extra, en ciertos casos no remuneradas, y así probar su lealtad con la compañía. Según reporta BBC, el sociólogo Scott North de la universidad de Osaka considera que es un “problema crónico” en el país y es tan generalizado que existe un término en japonés para la muerte causada por exceso de trabajo, el karoshi.
La última víctima de esta “epidemia” fue la periodista de la cadena pública NHK, Miwa Sado, quien en 2013 falleció por insuficiencia cardíaca como resultado de trabajar 159 horas extra y haber librado solo 2 días el mes anterior a su muerte.
Las autoridades japonesas determinaron que su muerte fue consecuencia directa de sus largas jornadas laborales y de la falta de descanso. Fueron estas mismas autoridades las que recientemente reconocieron al público que murió por karoshi.
Este lamentable incidente ha reavivado la discusión sobre las condiciones laborales en todo el país, donde el gobierno estima que cerca de la cuarta parte de las empresas japonesas tienen a sus empleados trabajando más de 80 horas extra al mes, y según estas mismas cifras oficiales, los hombres están más afectados por el karoshi que las mujeres. Además, se calcula que más de 2.000 japoneses se suicidaron como resultado del estrés laboral entre marzo de 2015 y marzo de 2016.
El gobierno impone multas a compañías que se exceden del límite de 100 horas extra al mes, pero el problema continúa y el experto Scott North concluye que las medidas tomadas por el estado para disminuir el problema “no pueden ser descritas como exitosas”.