La kinésica es la ciencia que estudia el lenguaje corporal, es decir, qué es lo que se comunica con el cuerpo sin utilizar la verbalización.
Mucha de la comunicación kinésica es aprendida y se utiliza de manera intencionada. Por ejemplo, acompañar con ciertos gestos una conversación (como dar golpecitos en la muñeca, donde iría el reloj, para decirle a alguien que está demorado).
Sin embargo, en muchísimos casos nuestro cuerpo habla por nosotros sin que nos demos cuenta. Hay ciertos gestos involuntarios que comunican cosas que tal vez no teníamos intenciones de decir.
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¿No te ha pasado que, al conocer a alguien, piensas “esta persona no es de fiar”? ¿Aunque no haya dicho nada raro? Seguramente su cuerpo expresó cosas que, aunque no lo sepas, te enviaron un mensaje que te disgustó.
En este contexto, la sonrisa es una de las herramientas más poderosas de la kinésica. Con la sonrisa se puede expresar amor, felicidad, sarcasmo y hasta desagrado. La forma de tu sonrisa puede decir más sobre ti de lo que piensas. Estos son los tipos de sonrisas más comunes... ¿Las usas seguido?
Sonrisa torcida
Si sonríes de manera torcida, es posible que se interprete como una señal de sarcasmo.
Es la manera de sonreír que se asocia a una situación que te molesta, y en la que sonríes por compromiso, aunque por dentro estás pensando “púdrete”.
Básicamente, es una sonrisa falsa.
Aunque no digas nada, esta sonrisa dice mucho sobre ti. Sobre cómo te sientes en ese momento, y qué te hace sentir la persona con la que estás hablando. ¡Ten cuidado cuando la uses! Seguramente tu interlocutor notará muchas de estas cosas.
Sonrisa cerrada
Cuando estás en una situación en la que tu opinión será considerada como impropia, posiblemente sonrías como una manera de liberar tensión. Es la típica sonrisa con los labios cerrados y tensos.
Cuando sonríes de esta manera, expresas “No estoy de acuerdo, pero no quiero discutir”.
Sonrisa entrañable
A diferencia de la sonrisa sarcástica, si acompañas una sonrisa torcida con una mirada hacia arriba (a lo “gato con botas”) estás generando sentimientos paternales. La otra persona tendrá el deseo de protegerte.
En este sentido, hay que aclarar algo fundamental: sonrisas y miradas, siempre van muy de la mano.
Sonrisa con contacto visual
La sonrisa seductora, que también se acompaña de miradas particulares, es una sonrisa muy común y comprendida por todo el mundo.
Cuando sonríes de manera natural y sostenida, manteniendo el contacto visual en todo momento, estás mandando un mensaje claro: “me gustas”.
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