Puerto Rico votó si quiere ser parte de Estados Unidos o no

Puerto Rico tuvo el domingo 11 de junio la oportunidad de votar a favor o en contra de convertirse en el estado N° 51 de Estados Unidos. 

El referendo fue de carácter no vinculante (es decir que no tendrá consecuencias) y la participación de los ciudadanos en la votación fue optativa, con una concurrencia muy baja. Solo un 23% de las personas habilitadas a votar se acercó a las urnas (518.000 ciudadanos, contra los 2.260.804 habilitados en el padrón).

¿El resultado? El 97,18% de los votantes indicó que le gustaría que Puerto Rico se convirtiera en un estado más de Estados Unidos, con los derechos y obligaciones que eso implicaría.

Las otras opciones obtuvieron cantidades mínimas de votos: la independencia total fue elegida por el 1,5% de los votantes, y que el estatus territorial continúe como está, por un 1,32%.

La actual situación de Puerto Rico en relación a Estados Unidos es entendida por algunos como una relación colonial, ya que dependen del país norteamericano, pero no tienen plenos derechos.

¿Qué pasará ahora?

En realidad, esta votación no vinculante no tiene ninguna consecuencia directa. De hecho, los puertorriqueños ya votaron sobre el futuro de su relación con Estados Unidos en 1967, 1993, 1998 y 2012. La de 2012 fue la primera de esas votaciones en la que la estatidad (es decir, unirse a los Estados Unidos como un estado con plenos derechos) obtuvo la mayoría.

En esa ocasión, el congreso de Estados Unidos no actuó sobre la decisión de los puertorriqueños. Ahora, podrá hacerlo o no, ya que no tiene ninguna obligación legal al respecto.

Uno de los factores que llevó a Ricardo Rosselló, el actual gobernador de Puerto Rico, a llevar a cabo este referendum, es la situación económica actual del territorio, que tiene una deuda multimillonaria.

Los defensores de la estadidad señalan que las leyes de Estados Unidos han permitido que otros gobiernos locales fuertemente endeudados busquen la protección de las leyes de bancarrota para defenderse de sus acreedores, y que sería justo que Puerto Rico gozara del mismo beneficio.