El acento de las áreas de Buenos Aires y Montevideo es inconfundible: sobre todo es la forma en que pronuncian la "ll", diferente a como la pronuncian el resto de los hablantes del español. El origen de esta variación no es claro, y otra rareza es que tampoco está difundido en toda la población de estos dos países, sino que se limita a las áreas metropolitanas de Buenos Aires y Montevideo.
Existen “detectives de la lengua” que se dedican a rastrear estas diferencias en el uso del lenguaje y explican su posible origen y características.“Shuvia”, “plasha”, “cabasho”: el acento del Río de la Plata está muy presenta en Buenos Aires y en Montevideo, pero es completamente distinto al del resto de Latinoamérica.
El nombre “científico” de esta variedad tan particular del español es yeísmo rehilado, y su característica principal es que los sonidos de la "ll" y de la "y" se sustituyen por uno sonido similar al de la "sh" presente en otros idiomas, como el inglés o portugués.
Según los expertos, su origen data del siglo XVIII y se hallan registros de esta pronunciación no solo el habla popular, sino también en el teatro, lo que sugiere que puede haber surgido en los sectores de alcurnia. De esta manera, el acento rioplatense fue cobrando forma debido al contacto entre los hispanohablantes y los muchos inmigrantes portugueses, franceses, italianos y gallegos que llegaron a Argentina en los siglos XIX y XX.
Otros expertos consideran que se debe principalmente a la influencia francesa de finales del siglo XIX, de las cuales todavía quedan indicios como las palabras “chic”, chef” y “champaña”, y que de hecho los porteños de cierta clase social pronunciaban adrede tomando prestados sonidos del francés, para asemejarse a los europeos.
Los especialistas también señalan que, aunque muchos digan lo contrario, no se trata de un acento viciado ni incorrecto y es tan válido como cualquier otro, por lo que no hay que creer que al pronunciar “lluvia” como “shuvia”, estamos “deformando” al español.