Según una encuesta realizada por StarOfService entre los psicólogos presentes entre sus usuarios, la falta de motivación es uno de los principales motivos de consulta, ya que constituye una situación frecuente y difícil de evitar que genera indiferencia, infelicidad y una frustrante sensación de insatisfacción.
Las principales razones por las que se pierden la motivación y el entusiasmo son el aburrimiento, la pesadez de la rutina, la falta de un propósito, la búsqueda insaciable de la perfección, el estrés y el exceso de preocupaciones.
Por suerte, según los profesionales consultados, existen algunas claves a seguir para recuperar o mantener la motivación aún en las situaciones en las que se cree que se ha perdido la esperanza:
1. Visualizar un propósito claro.
Todo lo que uno hace está destinado, de una manera u otra, a cumplir un propósito. Cuando es claro y su visualización trae cierta satisfacción, es más fácil mantenerse motivado.
Uno de los trucos más fáciles para mantener el entusiasmo es hacer una lista de los propósitos que se quieren alcanzar y pegarla en la puerta de la nevera, sobre un espejo o cualquier superficie que se mire a menudo. El recordatorio constante de los “porqués” es una poderosa herramienta para alimentar o reavivar la motivación.
2. Definir objetivos intermedios.
Tony Robbins, posiblemente el principal orador motivacional y coach de desarrollo personal, dice: "Una fuente importante de estrés en nuestras vidas proviene de la sensación de que tenemos un número imposible de cosas que hacer. Si tomas un proyecto y tratas de hacer todo a la vez, la sensación final será abrumadora".
Lo ideal es separar el propósito principal en partes, estableciendo objetivos intermedios y un sistema de mini-recompensas por cada objetivo logrado. La sensación de ir alcanzando objetivos generará una sensación de progreso y las pequeñas recompensas ayudarán a mantener la motivación necesaria para seguir en camino.
3. No demonizar los pasos en falso.
Un propósito puede alcanzarse de diversas maneras: el tener una estrategia que no dé resultados no quiere decir que no vaya a alcanzarse el objetivo, sino simplemente que hay que tener la voluntad de cambiar de táctica.
Como dijo Thomas Edison: “No he fallado. Sólo he encontrado 10.000 maneras que no funcionan”
4. Rodearse de gente positiva.
Es increíble lo que el rodearse de gente positiva puede hacer por uno. Es increíble también el efecto devastador que puede tener exactamente lo contrario.
Tener a la gente adecuada alrededor es crucial para el éxito: la gente positiva emite una energía motivadora que ayuda a mantenerse sobre el camino. Compartir el propósito y los objetivos intermedios alcanzados e intercambiar ideas con este tipo de personas generará una sensación de positividad que mantendrá el entusiasmo y la motivación a la orden del día.
5. Pensar más allá de uno mismo.
Muchas veces, el propósito de la búsqueda tiene resultados positivos para alguien más que para uno mismo. Enfocarse en el bien que puede aportarse al prójimo (o al medioambiente, o a la sociedad) es una poderosa fuente de motivación.
6. Considerar los éxitos alcanzados previamente.
Es importante saber reconocer los puntos fuertes de uno mismo, y no subestimar los éxitos que han sido logrados a lo largo de la vida. Ya sea haber terminado una carrera universitaria, haber aprendido un idioma o habilidad nuevos o haber obtenido ganado una carrera en el instituto, cualquier tipo de éxito puede ayudar a no subestimar el poder y la perseverancia de uno mismo para lograr objetivos.
7. Aprovechar los obstáculos.
Al intentar alcanzar un propósito que valga la pena, la pregunta no es si habrá obstáculos, sino cuándo aparecerán.
Los obstáculos no sólo son una parte ineludible del proceso, sino que además aportan el desafío necesario como para tener que abrir la mente y pensar en distintas alternativas. Cada obstáculo superado es una nueva lección aprendida.
8. Mantener un diario.
Para mucha gente escribir es terapéutico, ya que exterioriza y plasma sentimientos y sensaciones que a veces no se pueden procesar mentalmente. Al sentirse desmotivado, escribir sobre eso y sus posibles razones puede ser una poderosa herramienta para sobreponerse.
Mantener un diario también será de utilidad para llevar registro de las sensaciones experimentadas a lo largo del proceso, recordar los objetivos intermedios alcanzados y evaluar la forma de abordar los desafíos.
9. Hacerse preguntas.
Earl Prevette, autor de “Cómo convertir tus habilidades en dinero”, declara: “Haga preguntas suficientes y encontrará la respuesta. Hacer preguntas comienza una interminable cadena de ideas, cada una sugiriendo varias otras. La mayoría de las invenciones y mejoras son el resultado de una pregunta de la cual alguien quiso saber la respuesta”.
Algunas de las preguntas útiles que uno puede hacerse a sí mismo al encontrarse desmotivado son las siguientes:
· ¿Qué puedo hacer para disfrutar más este proceso?
· ¿Qué es lo bueno de esta situación?
· ¿Cuál es el próximo paso que puedo tomar para alcanzar mis objetivos de forma más eficaz?
· ¿Cuál es, honestamente, el resultado que estoy esperando?
Las preguntas suscitan ideas, despiertan la motivación de encontrar respuestas, estimulan el interés y crean deseo. Es decir, generan el entusiasmo necesario para seguir adelante.