Todo comenzó cuando un vecino del barrio de Vicente López (Buenos Aires, Argentina) paseaba con un perro callejero del barrio, al que cuidan entre todos y llaman Orejón.
Era una noche normal, hasta que el perrito empezó a ladrar olfateando una bolsa, de una forma muy inusual que llamó la atención del hombre que lo acompañaba. El perro ladraba ante una bolsa de residuos.
El hombre se acercó a la bolsa, la levantó y notó que pesaba. Con miedo, la abrió muy suavemente. No pudo creer lo que veía adentro: nada menos que un bebé.
El pequeño tiene menos de un mes de vida y cuando fue encontrado estaba desnutrido, con un cuadro de hipotermia y anemia, y pesando menos de dos kilos.
No se sabe cuántas horas pasó así, desnudo en una bolsa, en pleno invierno. Pero afortunadamente, ya está en un hospital, recuperándose.
Estaba tan débil que no lloraba, apenas hacía un reflejo de succión.
Los vecinos llamaron a la policía, que llegó y bautizó al bebé con el nombre Mateo. Lo llevaron a la Maternidad Santa Rosa, donde ya se encuentra fuera de peligro.
Los vecinos están recolectando ropa para ayudarlo, y la policía está analizando las cámaras de seguridad de la zona para ver si pueden identificar quién lo dejó allí.
Cuando Mateo crezca, tal vez pueda conocer a Orejón, y le contarán que ese perrito héroe fue quien le salvó la vida.