Martin Freeman, célebre actor de series como Sherlock y The Office, recientemente decidió cambiar su dieta vegetariana de 38 años para incluir carne nuevamente. En una entrevista en el podcast Dish, junto al presentador de radio Nick Grimshaw y la chef Angela Hartnett, Freeman explicó que su decisión fue motivada por su preocupación sobre el alto nivel de procesamiento en muchos sustitutos de la carne vegetales.

Desde enero de 1986, Freeman había mantenido una dieta vegetariana por razones éticas, evitando consumir carne. Sin embargo, a lo largo de los años, se encontró disfrutando de los sustitutos de carne vegetarianos, aunque siempre con reservas debido a su alto grado de procesamiento. “Siempre me han gustado los productos que imitan la carne, pero lo que me preocupa es que pueden ser extremadamente procesados, y estoy tratando de consumir menos alimentos procesados”, comentó el actor.

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Este cambio ocurre en un momento en que la industria de los sustitutos de carne a base de plantas enfrenta una caída en la demanda. Marcas como Beyond Meat han visto una disminución significativa en las ventas, lo cual podría reflejar un cambio en las preferencias de los consumidores hacia opciones menos procesadas.

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A pesar de reintroducir la carne en su dieta, Freeman ha expresado una nueva apreciación por platos que había evitado durante décadas, como los huevos a la escocesa y los pasteles de cerdo, que ahora considera “comida de los dioses”. La experiencia de probar por primera vez en 38 años una pasta boloñesa, preparada por Hartnett durante el podcast, fue descrita por el actor como posiblemente su primera "verdadera" experiencia con este plato.

Freeman también compartió que un encuentro casual con un huevo a la escocesa en una fiesta fue un punto de inflexión, recordándole que tiene la libertad de elegir su propio camino alimenticio. “El huevo escocés fue uno de esos momentos. Pensé: ‘Es un país libre, puedo hacer lo que quiera’”, explicó.

Más allá de los debates éticos sobre el consumo de carne, el enfoque de Freeman pone de relieve la importancia de considerar tanto la salud como la sostenibilidad en nuestras elecciones dietéticas. Los alimentos ultraprocesados, aunque convenientes, llevan asociados riesgos para la salud como la hipertensión y las enfermedades cardíacas. Aunque las alternativas basadas en plantas pueden ofrecer beneficios nutricionales como menos grasas saturadas y más fibra, la calidad y composición nutricional pueden variar ampliamente entre los productos, subrayando la necesidad de una evaluación cuidadosa de los alimentos que consumimos.

fuente: Infobae