Las mascotas, como todos los seres vivos, se comunican: con el entorno en el que viven, con otros de su especie, y con otros animales. Que no cuenten con un lenguaje articulado como el nuestro no impide que puedan comunicarse también con nosotros.
En el caso de los perros, su sistema de comunicación es muy complejo y está basado en señales auditivas, visuales, olfativas y táctiles, que conforman un sistema de lenguaje corporal. Ellos lo utilizan para ordenarse como grupos, para identificar y marcar su territorio, para conocer el estado fisiológico y emocional de otros perros, y para expresar sus emociones, deseos y necesidades. Por esto último es que también los humanos podemos interpretar este sistema, ya que ellos intentarán utilizarlo cuando quieran decirnos algo.
Aprender sobre el lenguaje corporal de los perros ayuda a forjar un lazo más profundo con ellos, ya que de esa forma se puede saber lo que quiere o necesita: comer, jugar, quedarse tranquilo, salir a pasear, avisarnos de algún peligro, y otra infinidad de mensajes posibles.
Ellos pueden expresar miedo, enojo, felicidad, comunicar su soledad o ganas de jugar, y hasta advertirnos de peligros que nos acechan, imperceptibles para los humanos.
¿Qué sentimientos puede estar expresando un perro?
Miedo: cuando un perro está asustado, inseguro o con intenciones de huir, suele mantener la boca cerrada con las comisuras apuntando hacia atrás y los ojos bien abiertos. Las orejas también suelen estar en dirección hacia atrás, y la cabeza baja.
Otra manifestación particular del miedo son los denominados "olores emotivos", producidos en circunstancias de estrés agudo y miedo, como el que puede manifestarse en una perrera. Un olor penetrante y característico acompañado de alguno de los otros gestos significa que el perro se siente realmente amenazado.
Además, su cuerpo estará encorvado y agachado; incluso, puede emitir gemidos. Si gruñe y muestra los dientes, significa que está pasando del miedo al enfado.
Enojo: cuando un perro comienza a enojarse, suele apuntar con sus orejas hacia adelante, a menos que su enojo provenga del miedo (entonces las tendrá hacia atrás). Levantará la cola y mostrará los dientes, como una advertencia.
Cuando gruñe y ladra, lo mejor que se puede hacer es intentar seguir su mirada para ver qué estímulo está causando su molestia.
Si llega a punto de ponerse firme, quieto, con el cuerpo hacia delante y el pelaje erizado, no hay que provocarlo, y dejar que se calme.
Sumisión: cuando un perro está sumiso, deja caer las orejas hacia atrás y la cola entre las patas traseras, moviéndola. Evita el visual como señal de sumisión y suele dejar la barriga expuesta y emitir sonidos agudos.
Soledad: un perro que de repente se encuentra solo, aúlla. Esta conducta viene de las manadas de perros salvajes, porque el aullido es para ellos una manera de señalar su ubicación cuando se separan. Por ese mismo motivo, es que a veces las sirenas de la ciudad, que pueden confundirse con los aullidos de otros perros, los preocupan, ya que creen que hay un perro buscándolos.
Excitación: una de las señales de los perros que más se suele interpretar es la de mover la cola, como señal de alegría. Es cierto que un perro contento mueve la cola porque la situación que lo hace feliz es además excitante, pero a veces también, sobre todo en perros grandes, es una muestra de excitación sexual.
Otras señales
Además de estas caracterizaciones generales de sus sentimientos, que se demuestran con el cuerpo entero, los perros emiten algunas señales claras y concisas:
Aullido: es un llamado; los perros salvajes buscan a un miembro de su manada; y las mascotas, a sus familias.
Ladrido: puede ser de advertencia, de invitación al juego, un reclamo de comida, o diferentes llamados de atención.
Dar la pata, o agachar solo las patas delanteras: es una invitación a jugar, y lo mismo debe interpretarse si coloca por ejemplo sus patas sobre los brazos de una persona.
Estornudo: detecta algo raro, pero no está seguro de qué es. En el hogar, puede ser su reacción a olores fuertes y extraños como alcoholes, productos de limpieza o perfumes.
Mirar fijamente a los ojos: es una señal de desafío, aunque cuando miran a su dueño puede que solo estén intentando captar mejor lo que quiere decirles.
Bostezo: como en los humanos, expresa que tienen sueño.
Gruñir: es una advertencia de agresividad.
Golpear los brazos con el hocico: está pidiendo algo, por ejemplo comida.
Movimiento de la cola: levantada significa que se siente seguro; baja significa sumisión; muy baja, entre las patas, temor. Si se persigue la cola, le sobra energía, necesita hacer ejercicio y nuevas actividades.
Más allá de esta información, debes recordar que cada perro es distinto. Por eso, la mejor manera de saber lo que tu perro quiere decirte es observarlo y pensar qué podría estar queriendo comunicar en ese momento. Poco a poco, irás elaborando tu propio diccionario de señales de tu amigo en particular.