Uno de los grandes responsables del cambio climático es el exceso de dióxido de carbono que, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), ha ascendido a un ritmo récord en la historia.
Dentro de las causas de su emisión se encuentra el uso de combustibles fósiles como el petróleo, el gas o el carbón; este último considerado el más contaminante de todos.
Sin embargo, un nuevo informe, llamado "Boom and Bust 2017", publicado por organizaciones ambientalistas como Greenpeace, dio una buena noticia: los planes de construcción de plantas energéticas a carbón cayeron significativamente en el 2016.
¿Qué quiere decir esto? Que si el 80% de las plantas a carbón se concentran en China e India; hubo una disminución importante ya que las planificaciones bajaron casi un 50%, un 62% de los proyectos de construcción previstos no se concretaron, y un casi 20% de los que ya estaban en obra, se detuvieron.
Según el informe, la producción de energía a través del carbón cayó en todo el mundo desde enero del 2016 al mismo mes del 2017; teniendo como principal causante las medidas restrictivas por parte de los gobiernos y la disminución de fondos aportados por agentes financieros.
Así también lo señala el informe 2016 de EURACOAL, la organización de carbón europea, cuando menciona que la producción mundial de carbón en 2015 disminuyó por primera vez desde la década de 1990 hasta los 7 millones de toneladas, debido a un menor crecimiento económico y la debilidad de la demanda.
Aun así, queda mucho por hacer para llegar a alcanzar el objetivo del Acuerdo de París. En países como Vietnam, Indonesia, Turquía y Japón, las plantas de carbón también deben disminuir o directamente, reemplazarse por otras fuentes de energía limpia.
Pero siempre es bueno celebrar el fin de muchas centrales de carbón; aun aunque éste solo sea un pequeño paso en el cambio real que necesitamos en la matriz energética de la que se sirve el mundo entero.
¿Por qué el carbón no es recomendable como fuente de energía?
Las plantas de carbón emiten no solo dióxido de carbono, sino también mercurio, hollín y otros contaminantes que agravan el efecto invernadero, y que generan asma, enfermedades respiratorias y otras afecciones en las comunidades cercanas a las plantas.
Además, transportarlo genera emisiones de dióxido de carbono también; y extraerlo de la naturaleza destruye paisajes y ecosistemas muy valiosos.
Lo paradójico es que posee una baja eficiencia energética: se calcula que consumen en forma de carbón cerca de tres veces más energía de la que obtienen en forma de electricidad. ¿Por qué se sigue usando entonces? Porque es abundante y resulta económico extraerlo y procesarlo.
¿Cómo funciona una planta de energía producida a partir del carbón?
Estas plantas producen energía a partir de la combustión de carbón, en un generador que transforma el agua en vapor. Éste circula por una serie de turbinas que impulsan, a su vez, un generador eléctrico y producen electricidad.
Sin embargo, hay muchas otras formas de producir energía con recursos renovables como el viento o el sol. Conoce más sobre las energías renovables aquí.