El cambio climático no es un tema nuevo; aunque lo parezca. No comenzó ayer ni terminará radicalmente mañana. Sin embargo, en los últimos años, se ha vuelto un tema de agenda por una razón concreta: sus efectos se están haciendo cada vez más visibles y frecuentes.
En sí mismo, el cambio climático es el resultado de la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera y, si queremos realmente detenerlo, tenemos que actuar ahora. En el Acuerdo de París del 2015 - del que Estados Unidos anunció que se marcharía- casi 200 países acordaron limitar el aumento de la temperatura media mundial a menos de 2 ° C. Los ciudadanos del mundo tienen la tarea de promover, impulsar y supervisar que esto se cumpla en su país a través de medidas concretas, pero además, desde su lugar, pueden hacer incluso más de lo que creen.
Un estudio reciente publicado en Environmental Research Letters señaló algunas acciones que cualquier persona podría hacer para ayudar a detener el cambio climático; ente ellas se encuentan: adoptar una dieta vegetariana, evitar el carro y tener un hijo menos.
En el estudio, los científicos analizaron 148 escenarios del impacto climático de los comportamientos individuales en diez países de 39 fuentes. De esta manera, consideraron una amplia gama de estilos de vida individuales y calcularon su capacidad potencial de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
A partir de eso, hallaron cuatro acciones individuales de acto impacto:
- Tener un hijo menos, lo cual equivaldría a evitar 58,6 toneladas de dióxido de carbono por año.
- Evitar el uso del automóvil, lo cual equivaldría a 2,4 toneladas de dióxido de carbono menos por año.
- Evitar los viajes en avión, que ahorraría 1,6 toneladas de dióxido de carbono (por un vuelo transatlántico de ida y vuelta).
- Adoptar una dieta vegetariana, que equivaldría a ahorrar 0,8 toneladas de dióxido de carbono por año.
De acuerdo a lo que señalan, estas cuatro acciones tendrían más potencial para reducir las emisiones que el reciclaje (4 veces menos eficaz que adoptar una dieta vegetariana) o el cambio de bombillas de luz (8 veces menos eficaz). Por ejemplo, una familia estadounidense que elige tener un hijo menor reduciría sus emisiones en un nivel similar al de casi 700 adolescentes que optaran por el reciclaje integral el resto de sus vidas.
Pero, el primer punto referido a la elección de tener un hijo menos despierta polémica en quienes argumentan que ésta es una decisión que nunca podría ser negativa. Al respecto, Seth Wynes. investigador de la Universidad de Columbia Británica y coautor del estudio explica: "El problema no es tanto tener más hijos sino tenerlos en una sociedad insostenible, donde cada persona emite demasiada polución climática. Lograr sociedades de bajas emisiones en su conjunto, lo que implicaría cambios en las instituciones y estructuras sociales y políticas, sería como multiplicar por 17 el efecto de no tener un hijo".
Adolescentes: el motor del cambio
Según el estudio, los adolescentes son claves en estas acciones de impacto, ya que aún pueden hacer grandes elecciones de comportamiento que estructurarán sus vidas y, al mismo tiempo, actuar como influenciadores dentro de su hogar.
Mejor comunicación educativa, la clave del impacto
El estudio también compara los hallazgos con recomendaciones de libros de texto de ciencias de la escuela secundaria y recursos gubernamentales y encuentra que éstas no se centran en acciones de alto impacto, y esto genera un "ruido" en la comunicación que empeora las cosas.
Por el contrario, hacen foco en el impacto acumulativo que estas acciones pueden generar de manera rápida, a diferencia de las políticas energéticas, por ejemplo, que suelen ser a largo plazo y verse bloqueadas por las inversiones que requieren y por cuestiones institucionales.
¿Qué opinas tú de esto? ¿Estarías dispuesto a tomar estas acciones?