Las ilusiones ópticas tienen que ver con la manera en la que el cebero interpreta las imágenes.
Se pude decir que Aristóteles fue el primero en descubrir (o al menos, en publicar el descubrimiento) de cómo el cerebro nos engaña. Esto fue cuando, en el año 350 a.C., noto que, luego de mirar una cascada, al enfocar la vista en rocas fijas estas parecían moverse.
Luego, en el siglo XIX, estas cuestiones se estudiaron mucho más en profundidad, y comenzaron a aparecer cientos de imágenes que logran engañar al cerebro y hacernos ver cosas que no son.
Esta imagen es una de ella. Mírala atentamente y dime... ¿Qué es lo que ves?
Hasta ahora, son sólo un hombre enojado a la derecha, y una persona calmada a la izquierda. Pero ahora dime... ¿Qué pasa si te alejas un poco de la pantalla?
¡Has visto cómo todo se pone del revés!
Si no ves muchos cambios, también puede funcionar entornando la vista... O quitándote las gafas, si eres miope.
Esto puede parecerte una locura, pero no lo es.
¿Qué le pasó a tu cerebro?
Esta es en realidad una ilusión óptica desarrollada el científico Aude Oliva, del Instituto de Tecnología de Massachusetts, y el investigador Philippe G. Schyns, de la Universidad de Glasgow.
En realidad, el juego está en los detalles finos de la imagen, que se vuelven borrosos a la distancia, dejando sólo las sombres y las formas generales.
La ilusión funciona porque la cara de la izquierda está compuesta por una cara enojada de alta frecuencia espacial, combinada con una cara tranquila en frecuencias espaciales bajas; y la de la derecha, justamente al revés.
Al alejarte o desenfocar la vista de los detalles, las otras capaz de esta imagen compuesta salen a la luz.
¿Qué te ha parecido? ¿Esperabas ver algo así?
¡Comparte con tus amigos y diviértete con su reacción!