El 2 de febrero se celebra el Día Mundial de los Humedales. Estas enormes reservas de agua dulce distribuidas en todo el mundo proveen alimento y ayudan a combatir la sequía y las inundaciones. Además, absorben carbono y contaminantes en el aire.
Pero como consecuencia de su pérdida y degradación, el acceso al agua dulce está disminuyendo cada vez más.
Los humedales son áreas saturadas o inundadas de agua de manera permanente o estacional que se encuentran en todo el planeta. Pueden tener menos de una hectárea o ser enormes, como el pantanal en Brasil, Bolivia y Paraguay, que abarca una superficie tres veces mayor que la de Irlanda.
El 2 de febrero se conmemora la adopción en 1971 de la Convención sobre los Humedales, en la ciudad iraní de Ramsar; el acuerdo intergubernamental más antiguo para la protección del medio ambiente.
Actualmente, el pacto cuenta con la adhesión de 168 partes de distintos lugares del mundo. Cada una de ellas debe designar al menos una zona para ser incluida en la Lista de Humedales de Importancia Internacional, también llamada "Lista de Ramsar". Esta acción reconoce su valor para toda la humanidad.
Formar parte de la Lista de Ramsar compromete al gobierno en cuestión a tomar las medidas necesarias para hacer un uso racional y sustentable del humedal, que permita asegurar su mantenimiento. Ya se han designado 2.186 sitios que cubren una superficie de 200.674.247 hectáreas.
Menos del 3% del agua del planeta es dulce y la mayor parte de ella está congelada. Los humedales son un importante recurso que el hombre necesita para cubrir necesidades básicas tales como beber, cocinar y asearse. Además, recargan los acuíferos y absorben las precipitaciones, actuando como esponjas naturales contra las inundaciones y sequías.
Sus sedimentos, plantas y especies marinas también contribuyen a purificar el agua, ya que absorben metales pesados y toxinas, y contaminantes que provienen de las actividades industriales y mineras, así como de la utilización de pesticidas. Al mismo tiempo, almacenan enormes cantidades de carbono.
Cuando se los maneja de manera sostenible, proveen madera para la construcción, aceite vegetal, plantas medicinales, tallos y hojas para elaborar tejidos, y forraje para los animales. También, aportan alimentos.
Son áreas esenciales para la vida de anfibios y reptiles, pero también para la reproducción y migración de las aves. En los humedales habitan más de 100.000 especies. Muchas de estas zonas son el hogar de especies endémicas, formas de vida únicas para un determinado lugar.
¿Cuáles son los riesgos que afrontan?
Suelen ser vistos como terrenos baldíos que deben drenarse, rellenarse o quemarse para darle otro uso. Como consecuencia de esto, estudios científicos estiman que desde el 1900 ha desaparecido el 64% de los humedales del planeta.
También se deterioran por la contaminación del aire y el agua, el aumento de la agricultura y el pastoreo, la desviación de agua por medio de represas y diques, y el desarrollo de infraestructura en valles fluviales y zonas costeras.
El deterioro y la pérdida de humedales, además de reducir el acceso al agua dulce para entre uno y dos mil millones de personas a nivel mundial, también afecta el control de las inundaciones y el almacenamiento de carbono.
¡Comprometámonos a cuidarlos!