¿Has soñado con este hombre? es la pregunta que surge del consultorio de psicólogos y psiquiatras de todo el mundo, pero también de Internet. Y es que al parecer miles de personas, en Barcelona, Estocolmo, París, Nueva Delhi, Nueva York y más han visto el rostro de ese hombre en sus sueños.
Algunos dicen que les ha dado consejos de vida, otros dicen que simplemente se aparece y les da un sentimiento de tranquilidad, como si nada pudiera salir mal mientras él está, e incluso un joven que nunca ha sentido atracción hacia otros hombres, dice que en sus sueños ese hombre se aparece y hace el amor con él de una forma indescriptible.
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Existe incluso una página dedicada a esos encuentros. thisman.org recopila historias de personas que han tenido encuentros oníricos con este hombre. Algunos han dicho que se trata de Dios, que se interna en nuestra mente y nos habla entre sueños para guiarnos, otros dicen que se trata de un rostro tan común que es arquetípico, por lo que cualquiera puede soñar con él y sentirse identificado al ver la imagen.
Otros creen en teorías más extrañas. Creen que se trata de un hombre con ese aspecto, capaz de infiltrarse en los sueños de la gente y hacer lo que quiera. Esa macabra habilidad mezcla los sueños lúcidos con la capacidad de moverse entre sueños. Prácticamente, le da el poder a ese hombre de hacer lo que quiera con tu mente mientras duermes.
Por su aspecto, muchos piensan que realmente parece un ser más cercano a Freddy Krueger o al payaso Pennywise que a un ser espiritual que vive en el inconsciente colectivo y se manifiesta en las horas más oscuras. Esta es la historia con la que todo comenzó:
En enero de 2006 en Nueva York, la paciente de un bien conocido psiquiatra dibujó la cara de un hombre que repetidamente aparecía en sus sueños. En más de una ocasión aquel hombre le había dado consejos sobre su vida privada. La mujer jura que nunca había conocido a ese hombre en su vida. Aquel retrato se encontraba olvidado en el escritorio del psiquiatra hasta que un día otro paciente reconoció la cara y dijo que ese hombre a menudo le visitaba en sus sueños.
También afirmó que nunca le había visto cuando estaba despierto. El psiquiatra decidió enviar el retrato a algunos de sus colegas que tienen pacientes con sueños recurrentes. A los pocos meses, cuatro pacientes habían reconocido al hombre, como una presencia frecuente en sus propios sueños. Todos los pacientes se refieren a él como “This Man” (este hombre).
A partir de enero de 2006 hasta hoy, al menos 2 mil personas han afirmado que han visto a este hombre en sus sueños, en muchas ciudades de todo el mundo: Los Angeles, Berlín, Sao Paulo, Teherán, Pekín, Roma, Barcelona, Estocolmo, París, Nueva Delhi, Moscú, etc
Durante mucho tiempo se creyó que algo estaba sucediendo. Un fenómeno fuera del alcance de nuestro entendimiento, las fuentes lo mencionaban por todos lados y los sitios de noticias comenzaron a buscar respuestas, sin embargo, para sorpresa de todos (en ese momento) descubrieron que no se trataba más que de una farsa. Rastreando el sitio y los testimonios de gente en Sydney, Tokio y otras grandes ciudades (siempre se mencionaban ciudades conocidas a nivel mundial) dieron con un grupo denominado Gerriglia Marketing.
Ese grupo había sido el responsable de crear perfiles falsos y testimonios por todo el mundo para hacer creer a miles de personas que existía alguien en nuestra mente y nuestros sueños. En lugar de disculparse, abogaron por la libertad de expresión y artística, así como criticar a los medios de engrandecer historias que no comprenden totalmente. Guerrilla Marketing se ha convertido en una fuente de farsas en Internet que son bastante creíbles: avistamiento de Ovnis, hombres en nuestros sueños y más creepypastas que muchos consideran reales.
Nuestros sueños pueden estar tranquilos, nadie los molestará si no queremos, pero la farsa de This man es importante para evitar caer en noticias falsas, farsas y otras formas de engañarnos en Internet. Pues tal vez alguna vez vivimos con la inocencia de que en la red sólo se dice la verdad, pero estamos en una época en la que la desinformación es una de las formas de control más usadas.