Se supone que los juegos olímpicos son un momento de unión entre naciones, más allá de la competencia. Que el significado de la bandera que los representa, con cinco anillos de colores, simboliza la paz de los cinco continentes, y que la antorcha olímpica es un símbolo de la unión de los hombres ante el enojo de los dioses.
Sin embargo, cabe preguntarnos qué queda de estos valores en los juegos olímpicos actuales, cuando todo se reduce a un espectáculo diseñado para cosechar audiencias altas en la televisión, y cuando el respeto por lo más esencial, como la vida de un animal, se ha perdido.
Juma era una jaguar hembra de 9 años de edad. Ella vivía en Brasil, pero no en libertad, ya que era "mascota" del primer Batallón de Infantería de la Selva.
Durante un acto previo a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, que están previstos para el mes de agosto (aunque por varias razones, como la epidemia de Zika en la región y la delicada situación política que vive Brasil, se ha hablado de suspenderlos), Juma fue exhibida, encadenada, junto a la antorcha.
Durante el acto, Juma salió, en un descuido de los soldados que la custodiaban, de la "zona de seguridad" en la que se exhibía al público. Siguiendo un protocolo que tienen para esos casos, y cuando ella supuestamente intentó atacar a un soldado, los uniformados le dispararon 4 dardos tranquilizantes. Pero como el efecto de los tranquilizantes es lento, le dispararon con un arma de fuego, hasta asesinarla.
Lamentablemente, la triste historia de Juma suena familiar: hace pocas semanas, Harambe, un gorila que vivía encerrado en el zoológico de Cincinnati, Estados Unidos, fue asesinado de un disparo cuando un niño se metió en su jaula.
Cuando el caso de Harambe salió a la luz, mucho se debatió sobre la necesidad de erradicar los zoológicos, puesto que está demostrado que ni para los animales ni para las personas es justa su existencia.
Sin embargo, poco tiempo después vuelve a ocurrir lo mismo: a causa de que un animal salvaje se exhiba, encadenado, privado de la libertad, se ocasiona un incidente, que además, termina con el asesinato del animal. Esta vez, están involucrados nada más y nada menos que los organizadores de los juegos olímpicos.
Es momento de reflexionar sobre lo ocurrido y pensar en tomar decisiones para que a futuro esto no vuelva a ocurrir. Pero sobre todo, esta triste historia, al tener tanta repercusión por estar ligada a uno de los espectáculos deportivos más grandes del mundo, es una oportunidad para poner sobre la mesa el debate sobre los animales en cautiverio, para que de una vez, se respete el derecho de todos ellos de vivir en libertad.