La tragedia de laconectividad es que al ser tan humanos, lo malo siempre es lo popular. Latragedia tiene un tono mucho más interesante y se propaga con facilidad,mientras que las buenas noticias tienen un radio mucho más corto y siempre sonrecibidas con sospecha y desconfianza. No podemos culpar a nadie mas que a laexperiencia, siempre que algo bueno pasa, normalmente hay algo que no sabemos yque terminará por decepcionarnos.
Por eso al decir que vivimos en la mejor época de la historia, muchos pueden incluso reír antes de aceptar tal falacia. Pensemos en los últimos dos años. El año 2016 estuvo marcado por la guerra y la violencia hacia niños, mujeres y minorías; fue también un año recordado por la muerte de algunos de los más grandes músicos y artistas contemporáneos, y del resurgimiento de la extrema derecha en Estados Unidos y diversos lugares de Europa.
2017 está marcado por la constante tensión bélica entre Estados Unidos y Corea del Norte, así como por catástrofes naturales en toda América y por si fuera poco, desde antes de 2016 la guerra en Medio Oriente parece no tener fin. Sin embargo, parece que entre historiadores y analistas de datos han encontrado una realidad resplandeciente, vivimos en la época con menos guerras, mayor esperanza de vida y mejor estilo de vida en general.
En su libro “De animales a Dioses” Yuval Noah Harari dice que desde mediados del siglo XIX parte del planeta ha gozado de las maravillas de la medicina moderna y hoy casi todo el mundo está familiarizado con ella. Aún estamos lejos de una sociedad perfecta, pero hemos pasado de morir por enfermedades básicas a vivir relativamente seguros durante toda nuestra vida. Claro, mucho ha tenido que suceder para que eso pase:
“Las hambrunas en masa continuaron azotando a gran parte de la humanidad hasta mediados del siglo XX. Durante el Gran Salto Hacia Delante de la China comunista de 1958-1961, entre 10 y 50 millones de seres humanos murieron de hambre. Las guerras internacionales cada vez se hicieron más raras a partir de 1945, en gran parte gracias a la nueva amenaza de aniquilación nuclear”.
Sí, parece que no es algo bueno, hay mucha sangre en las manos de la humanidad, sin embargo el punto de esto es que hoy la gente vive mucho mejor que en el pasado y aunque muchas veces nos sentimos presionados por lo que puede suceder en el futuro, nosotros tenemos la decisión.
Vemos muerte y destrucción en las redes sociales así como en las noticias, sin embargo no se compara con la mortalidad infantil del pasado. Vemos que muchas mujeres luchan porque la violencia continúa, pero ahora están alzando la voz y esa voz se está escuchando, antes no tenían voz. Sí, el mundo continúa teniendo muchos problemas, pero si comparamos con el pasado, estadísticamente vivimos mejor que nunca.
Hay dos caminos, usar la tecnología para resolver de una vez por todas problemas como la hambruna, la desigualdad y las enfermedades, o sucumbir ante el egoísmo y dejar que esos factores, junto al calentamiento global, terminen con la humanidad. En realidad creo que todos buscamos la primera opción.