De saber lasveces que nos hemos acercado al borde de la extinción, la gente no podría vivirtranquila un solo día. Durante décadas hemos tenido escenarios apocalípticosdignos de una película de terror o de ciencia ficción.
Basta conrecordar las dos veces que Estados Unidos estuvo apunto de detonar bombasnucleares en su propio territorio por error, o cuando la alerta de un ataquesoviético se activó y el hombre encargado de alertar a los demás tomó ladecisión de esperar antes de hacerlo y así evitó el inicio de la Tercera GuerraMundial.
El proyecto secreto A119 es la prueba de qué tan lejos querían llegar los soldados estadounidenses para demostrar su poderío ante la Unión Soviética. Con escenarios como los anteriores sucediendo de forma usual, el país de las barras y las estrellas ideó una locura que estuvo a punto de cumplirse, crear una explosión nuclear en la luna para que todo el mundo la pudiera ver.
En 1958 el proyecto A119 surgió, y aunque muchas excusas tenían que ver con la investigación científica, la realidad es que no era más que una campaña publicitaria para demostrar que la carrera espacial y armamentista entre las dos potencias mundiales, la ganaba el bloque capitalista.
La idea era que la bomba nuclear, similar a las detonadas en Hiroshima y Nagasaki, que en ese momento ya eran consideradas explosiones pequeñas, hiciera impacto en el lado oscuro de la luna y así al explotar el hongo podría ser iluminado por el sol. Según el doctor Leonard Reiffel, el gobierno contactó a Carl Sagan para realizar predicciones y cálculos sobre el evento, ya que los costos ambientales preocupaban a algunos militares, pero no tanto como para descartar la idea.
La idea de crear una explosión nuclear en uno de los rostros de la Luna hoy parece una locura, pero en la época de la Guerra Fría era increíble lo lejos que estos gobiernos estaban dispuestos a apostar para demostrar que tenían el poder y la determinación necesaria para “mantener la paz”.
Según los informes de Reiffel, en esa época aún no se descartaba la existencia de microorganismos en la Luna, razón por la que ciertos científicos, entre ellos Carl Sagan, querían bombardearla. Al final, aunque la historia estuvo apunto de transformarse para siempre, el proyecto fue cancelado y clasificado, y fue solo en el año 2000 cuando el doctor Leonard Reiffel confirmó que el proyecto había existido. Sin embargo, dijo que aún no podía dar mayor información al respecto pues creía que ciertas cosas aún permanecen ocultas al público.
Esta es una historia que demuestra que a veces la humanidad, cegada por su ambición, es capaz de idear planes tan descabellados que nos habría costado cientos de años superar.