Ya todos sabemos que los dinosaurios se extinguieron hace 65 millones de años por la caída de un meteorito. Lo que probablemente no sabías es que muchos de los reptiles vivos de hoy en día son en realidad los descendientes de los lagartos gigantes.
Algunos de estos descendientes son las tortugas y los cocodrilos. Recientemente, un grupo de científicos de la Universidad de Edimburgo, en Escocia, descubrió una nueva especie de cocodrilo prehistórico, el cual creen que es el “eslabón perdido” que unirá el pasado antiguo de los dinosaurios con los cocodrilos de hoy en día.
En las redes sociales ha sido bautizado como “El Dinodrilo” o “El Cocosaurio”, pero su nombre científico es Leldraan melkshamensis, aunque también es conocido como “El Monstruo de Melksham”.
Aunque ya está extinto, su estudio puede resolver algunos de los misterios que rodean alrededor de los parientes lejanos de los cocodrilos modernos, y explicar el largo proceso evolutivo que los llevó a ser como son hoy.
Según los investigadores, el “dinodrilo” medía alrededor de tres metros de largo y habitó las aguas cálidas y poco profundas de Europa hace 163 millones de años, donde habría sido el depredador más importante de su ecosistema.
Además, tenía una mandíbula muy poderosa con la era capaz de alimentarse de presas de gran tamaño como calamares prehistóricos. Este nuevo descubrimiento demuestra que los cocodrilos prehistóricos aparecieron millones de años antes de lo que se pensaba, pues anteriormente se creía que aparecieron entre 152 y 157 millones de años atrás.
Este estudio puede ser el primer paso para esclarecer nuevos misterios sobre el pasado de las familias más antiguas que hoy en día siguen vivas.