Todas las experiencias que vivimos a lo largo de nuestra vida, por más difíciles que parezcan, pueden convertirse en una oportunidad para valorar, celebrar y disfrutar de cada instante. Algunas de ellas son pequeñas, pero otras pueden realmente marcar un antes o después en nuestra vida.
Ése fue el caso de Violet Constance Jesso, una mujer argentina de padres irlandeses que no solo sobrevivió al hundimiento de famoso transatlántico británico Titanic, sino también a los del Olympic y Britannic.
Aunque su historia no se volvió tan popular como otras, la vida de esta trabajadora de altamar ha salido a la luz y despertado admiración en el mundo entero.
Ya de pequeña, Violet tuvo que afrontar un diagnóstico de tuberculosis, enfermedad de la que se recuperó a pesar de que los médicos habían pronosticado lo contrario. Su fortaleza ya iba, así, forjando su personalidad, aferrándola cada vez más a la vida.
Más tarde, y luego de la muerte de su padre, emigraron a Inglaterra junto a su madre, donde comenzó a trabajar como camarera para ayudar a la economía familiar. Poco después su conocimiento del inglés y su aspecto elegante y distinguido, la hizo embarcarse en los navíos más poderosos del siglo XX. Sin saber que esos viajes marcarían su vida para siempre.
En 1911 logró sobrevivir al choque del Olympic con el crucero de guerra británico Hawke; y en 1912, al tan famoso hundimiento del Titanic. En sus memorias, ella recordaba el momento en que abordo del trasatlántico un oficial le ordenó subirse al bote salvavidas que logró alejarla de la tragedia.
Más tarde, se embarcó en el Britannic, durante la Primera Guerra, para servir como enfermera. Allí estuvo muy cerca de ser succionada por el mar, pero otro náufrago la tomó del cabello cuando estaba hundiéndose y nuevamente se salvó.
Con 63 años, se retiró a una casa en el campo en Inglaterra, donde pasó sus últimos años cuidando de su jardín, agradeciendo el mundo que había conocido en sus viajes, y recordando las experiencias que le habían enseñado a valorar cada instante de su vida.