Para los creyentes de todo el mundo, las visitas del Papa a distintas regiones son todo un acontecimiento. Esta vez, elSumo Pontífice asistió a un acto bastante particular: visitó por primera vez una cárcel solo de mujeres. Fue en la prisión de San Joaquín, en Santiago de Chile, yofreció un mensaje de esperanza para las mujeres detenidas.
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Esta visita fue algo especial porque setrató de la primera vez del SumoPontífice en una cárcel sólo de mujeres. Allí escuchó el testimonio de unareclusa detenida por narcotráfico y brindó un inspirador discurso para todaslas mujeres del mundo que viven en prisión.
El mensaje:
"Puedenprivarlas de la libertad pero no de la dignidad. Nadie puede ser privado de ladignidad. Estar privadas de la libertad no es sinónimo de pérdidas de sueños yesperanzas", afirmó el Papa en un acto en uno de los gimnasios de lacárcel, donde unas 400 mujeres lo escuchaban atentamente."Nonos dejemos cosificar. Díganse 'No soy un número, soy fulano de tal, que gestaesperanza', agregó.
Adicionalmente,El Papa agradeció la oportunidad de visitarlas para estar "más cerca"de tantos hermanos "privados de libertad" a través del país.
Tambiénsaludó a los funcionarios de la fuerza de seguridad y a sus familias; aseguró que reza por ellos y que pide para que las autoridades lesbrinden condiciones de trabajo dignas para que su dignidad "generedignidad".