La censura en contra del cuerpo femenino existe desde hace mucho tiempo. Durante el neoclasicismo, cuando las pinturas representaban desnudos femeninos en primer plano, los artistas eran consagrados en sus pequeños círculos sociales, pero fuera de ellos muchos eran considerados transgresores y perversos.
Hoy las cosas parecen haber cambiado poco, pues aunque hay razones para prevenir el uso de fotografías que no tiene autorización para ser publicadas, el daño colateral parece una medida de control sobre el cuerpo femenino.
Esta es la política de Instagram acerca de los desnudos:
Somos conscientes de que es posible que algunas personas quieran compartir imágenes de desnudos de carácter artístico o creativo; sin embargo, por diversos motivos, no permitimos que se publiquen desnudos en Instagram. Esta restricción se aplica a fotos, vídeos y determinado contenido digital que muestren actos sexuales, genitales y primeros planos de nalgas totalmente al descubierto. También se aplica a algunas fotos de pezones femeninos; sin embargo, sí se permiten fotos de cicatrices de mastectomías y de lactancia materna. También se aceptan desnudos en fotos de cuadros y esculturas.
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¿Si hombres y mujeres somos iguales y las redes sociales promueven eso, por qué el pezón femenino tiene tanta censura? Ahora permiten las fotos de cicatrices de mastectomías y de lactancia materna, pero el simple hecho de ser mujer aún es, simbólicamente, causa de vergüenza.
Mucho se ha dicho acerca de esta controversia en redes sociales, uno de los sitios “más democráticos del mundo”, pues la apertura global supuestamente permite el dialogo, la apertura y la libertad. Sin embargo, basta con remontarnos a inicios del siglo XX para entender que tal vez sí es una lucha machista que busca oprimir a la mujer.
Durante las primeras décadas del siglo XX las piscinas públicas y las playas comenzaron a ser cada vez más frecuentadas por la gente, por lo que los trajes de baño se convirtieron en un objeto de opinión pública. En una sociedad conservadora eso limitaba de manera extraordinaria a la mujer, por lo que su vestimenta, que la cubría de pies a cabeza, no entraba en el debate. Pero los hombres fueron cuestionados por nadar con el torso desnudo, pues exponían sus pezones y eran considerados “actos inmorales”.
Los hombres, inconformes con leyes que los privaban de sus libertades, comenzaron a hacer protestas públicas en las que eran arrestados por exhibir su torso desnudo. Pronto, las películas comenzaron a mostrar hombres exhibiendo el pecho y la gente se volvió más tolerante. Finalmente, en 1937, en la ciudad de Nueva York, se levantó la prohibición a los hombres con una excepción, los homosexuales.
¿Qué demuestra eso? La verdadera lucha no fue por la libertad del ser humano, sino por el privilegio del hombre blanco heterosexual que siempre ha decidido por él y no por nadie más. En los años setenta, el activista y político Harvey Milk fue arrestado por alterar el orden público debido a que estaba en un parque de San Francisco sin playera.
Hoy podemos pensar que eso es impensable, pero aún así, cuando las mujeres reclaman su libertad para vestir como quieran, siguen siendo las personas en el poder y sus ideales retrógradas los que dictaminan cómo debe vestirse y actuar más de la mitad del planeta.
¿y a ti qué te parece? ¿deberíamos poder mostrarnos iguales?
Fuentes: