Ceres es un planeta enano (también se lo conoce como asteroide) y el objeto astronómico más grande del cinturón de asteroides, que es la región del sistema solar que se encuentra entre las órbitas de Marte y Júpiter. Su diámetro de aproximadamente 945 km, lo convierte en el trigésimo tercer objeto conocido más grande del sistema solar. Es, además, el único planeta enano cuya trayectoria está completamente dentro de la órbita de Neptuno.
Originalmente Ceres, tras ser descubierto por Giuzzeppe Piazzi en 1901, fue considerado un planeta, pero se catalogó como asteroide en los años 1850 cuando se empezaron a descubrir otros objetos en órbitas similares. A comienzos del siglo XXI, tras la definición de «planeta», fue reclasificado en planeta enano.
Este asteroide o pequeño planeta siempre fue un objeto interesante en el sistema solar. Pero más lo es ahora, porque la NASA descubrió recientemente que Ceres alberga en su superficie los compuestos orgánicos necesarios para el origen de la vida.
Este descubrimiento se suma a otros, como la posible existencia de dos nuevos planetas, que podrían cambiar nuestra concepción sobre el sistema solar.
Dawn es la sonda espacial de la NASA que se dedicada a estudiar Ceres y el asteroide Vesta, y hace poco identificó moléculas orgánicas con ayuda de la tecnología de mapeo infrarrojo, en un área de unos 1.000 kilómetros cuadrado ubicada al norte del planeta, cerca del cráter Ernutet.
En la imagen registrada por una de las cámaras de la sonda espacial, el color más rojizo hace posible identificar las áreas en las que existe material orgánico. La NASA señaló que la naturaleza distinta de estas regiones se puede apreciar incluso en imágenes de baja resolución.
El hallazgo se suma a otras señales que indican que puede haber existido vida en el planeta enano en un pasado distante (una de ellas es la existencia de agua o hielo escarchado en su superficie), aunque no significa una prueba contundente. Para eso, hace falta continuar investigando.
Los científicos señalan que el descubrimiento puede proporcionar una visión más amplia acerca de cómo se desarrolló la vida en la Tierra, debido a la semejanza en las condiciones entre los dos planetas. Aunque Ceres es mucho más pequeño y está más alejado del sol, la presencia de agua en forma de hielo o vapor, y ahora de materia orgánica, hacen pensar en condiciones similares a las que permitieron la aparición de los primeros organismos vivos.
Otro punto importante del hallazgo es que todo indica que lo más probable es que las moléculas no llegaran a Ceres a través de una fuente externa, como el impacto de algún asteroide o cometa, sino que se originaran directamente en este cuerpo celeste.
¿Crees que hay vida en otros planetas o asteroides del sistema solar?