En la actualidad, cada vez son más los que se animan a dar el paso de trabajar en relación de dependencia a tener su propio negocio. Especialmente entre los jóvenes, se trata de una tendencia en alza.
Los motivos son varios. Por un lado, las nuevas generaciones ya no creen tanto como antes en la idea de “la seguridad de un trabajo fijo”. Saben que el trabajo puede estar o no estar, y que la mejor manera de tener algo seguro es si se trata de algo propio.
Además, está la ventaja tecnológica. Hoy en día los recursos para abrir una empresa y darle visibilidad son muchos más que antes. Internet ha facilitado las cosas, y hoy puedes comenzar un negocio con muy pocos recursos.
Si tienes ganas de emprender tu propio negocio, estas son algunas cosas que debes saber.
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Ventajas de empezar un emprendimiento propio
1. Independencia
El emprendedor es el que toma todas las decisiones de su negocio. Ya no tiene jefes que le digan lo que tiene que hacer.
Cuando decides emprender un negocio, te conviertes en el que dirige y guía su propio trabajo.
2. Autorrealización
Cuando logras tener tu propio emprendimiento, sientes el orgullo de haber conseguido un gran logro. Tu empresa es tu obra, fruto de tu esfuerzo y dedicación. Así, te sentirás realizado.
3. Disfrute
Llevar adelante las actividades que te apasionan es lo que te da fuerzas para seguir adelante.
Si vas a emprender un negocio, procura que sea en base a lo que realmente te gusta. Esa será la clave de tu éxito.
4 cosas que debes tener en cuenta a la hora de montar tu emprendimiento
1. Plan de negocios
Antes de empezar cualquier proyecto, debes planificar cómo vas a encararlo, qué expectativas tienes y cómo pretender alcanzarlas.
Debes ser capaz de tener una proyección del negocio a, por lo menos, un año, teniendo en cuenta la mayor cantidad de variables posibles. Esto es el plan de negocios.
Piensa qué vas a hacer, cómo lo vas a hacer, cuál es tu competencia, cómo está compuesto tu público y cómo piensas llegar a él. De esta forma, tendrás un camino firme sobre el que trabajar.
2. Las finanzas de tu negocio
Las finanzas de tu emprendimiento no son necesariamente fáciles de calcular, pero son indispensables para que el proyecto funcione.
Si no tienes claras las cuentas de tu negocio, tienes muchas chances de que no funcione. Lo más importante que debes tener en cuenta es la viabilidad económico-financiera y comercial de tu proyecto.
Esto en gran medida se desprenderá del plan de negocios. En esta segunda etapa, a esa proyección debes agregarle los números. Desde el valor de tu producto o servicio, hasta los costos impositivos.
Si te resulta complicado hacerlo solo, puedes contratar a un contador de confianza que te ayude a calcular costos y beneficios.
3. Financiación
Aunque hay mucha fantasía alrededor del tema, la realidad es que no se puede comenzar un negocio sin una inversión previa.
Esta puede ser pequeña, pero nunca es nula. Desde un blog hasta una franquicia, siempre se necesita invertir algo de dinero en el proyecto.
Lo ideal es que a la hora de montar tu emprendimiento, cuentes con un capital previo. Si no es así, deberás buscar financiación. Si tienes un plan de negocios sólido, podrás usarlo como ventana para buscar mecenas que estén interesados en apoyar tu idea.
Otra opción es pedir un préstamo bancario. En general, los bancos tienen muchas opciones para emprendedores, con buenas tasas de interés.
Además, también brindan otros servicios que pueden ser de ayuda: Descuento o compra de cheques de pago diferido (corto plazo), acuerdo en cuenta (corto plazo), leasing, factoring, etc.
Consulta a tu Banco por otras posibilidades de ayuda.
4. No mezcles
Finalmente, hay algo más que debes tener en cuenta a la hora de empezar un emprendimiento.
Incluso aunque se trate de un proyecto unipersonal, tu negocio no es tu vida. Es una parte muy importante de ella, pero no es lo único.
Pon los límites necesarios, para que el negocio no consuma todas tus energías. Además, y especialmente, separa con claridad el presupuesto de tu negocio de tu presupuesto personal.
Establece límites a los riesgos y a la inversión que querés destinar a tu proyecto, y fija plazos para evaluar su viabilidad. Así, tendrás siempre un margen para que tu vida personal no se vean 100% afectada por tu emprendimiento.
¿Estás pensando en emprender? ¿Qué es lo que más te preocupa para comenzar?