Algo indudable asociado a los felinos es su limpieza, estos son animales sumamente limpios y pueden pasar varias horas al dia aseándose, esta caracteristica es innata de ellos, actividad que hacen desde un momento muy temprano de su desarrollo.
Al fijarnos con atención, podemos percatarnos de que su protocolo de aseo constan de pasos específicos y ordenados: primero la cabeza, luego la espada y al final la base de la cola.
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Cabe aclarar que en el caso de los animales de pelo largo, sobre todo, es crucial cepillarlos. A diferencia de los demás, no basta con que sean muy dedicados con su lengua, deben ser cepillados para garantizar la salud en su pelo y en su piel.
Aunque este no es el único beneficio del cepillado en el animal, también tiene un efecto relajante y aporta una mejoría en su circulación sanguínea.
La naturaleza les otorgó a estos felinos una lengua muy especial, que cumple un papel muy importante, no sólo en su aseo, también en su salud en general.
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¿Qué tiene de especial la lengua de los gatos?
La lengua de los gatos está cubierta de pequeñas espinas puntiagudas que cumplen un papel vital durante el aseo. Las papilas gustativas de la lengua poseen una cavidad interna donde junta la saliva finalmente, al lamerse el gato esta se distribuye homogéneamente en el pelaje.
La lengua deposita casi la mitad de la saliva en el pelaje. Esto, además de para asearse, les sirve a los gatos para regular la temperatura de su cuerpo y para refrescarse.
Por otra parte, los gatos, al igual que los humanos, necesitan exponerse al sol para conseguir que las provitaminas A y E se transformen en vitaminas activas. Estas vitaminas son ingeridas tiempo después, a través del lamido.
Otro dato para mencionar, sobre estos increíbles animales es que suelen dormir mucho, llegando a estar entre 14 y 16 horas al día durmiendo. Por eso, cuando están despiertos, deben pasar buena parte del tiempo lamiéndose para asi garantizar su limpieza y buen estado de salud.
Por último, es necesario explicar la importancia que tiene el prestar mucha atención a la forma en la que se asea nuestro gato. Si en algún momento notamos que lo hace en exceso, mordiendo, lamiendo o incluso arrancándose el pelo, podría deberse a altos niveles de estrés. Lo mejor sería consultar con un especialista.
Aunque también si notamos cierta disminución en la intensidad o frecuencia del lamido, debemos tomarlo como una alerta y consultar estos síntomas con un profesional.
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Fuente: Infobae