Sentarlesa la mesa, disfrazarles, celebrarles el cumpleaños, llamarse “la mamá” o “elpapá” de un perro o un gato... son conductas que muchos adoptan con afecto, pero tienen consecuencias sobre los animales.
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Hay perrosy gatos que pasean en cochecitos de bebé, comen lo mismo que hay en nuestrasmesas o son tratados como niños pequeños. A veces, humanizamos a las mascotas ylas consecuencias para nuestros compañeros peludos pueden derivar en problemas de comportamiento, como la agresividad. ¿Qué siente un animal cuando lo tratamos así?
Lo que dice la ciencia
Unarelación en la que se humaniza a la mascota, lejos de resultar equilibrada ysaludable, despierta en el animaldiversas alteraciones de conducta, como confirma una investigación de laFacultad de Veterinaria de la UniversidadNacional del Nordeste (UNNE), en Argentina, donde se asegura que la mayoría de los perros que viven con susdueños presentan agresividad, miedo o ansiedad, y que dichos procesospueden estar asociados al estrés, "derivados, en muchos casos, de lasobreprotección".
“Tendemosa proyectar características humanas en los perros o gatos que no se ajustan ala realidad. Es el caso de un animal que se acerca a la mesa a pedir comida,nos pone caritas y cedemos. Quizá no tenga ni hambre, pero ha aprendidodeterminadas pautas de comportamiento en ciertos contextos para conseguir loque quiere”, explica Marco Villén, veterinario y especialista en conductaanimal. De alguna manera, podemos decir que tratarlos como algo que no son es, de algún modo, maltrato animal.
Necesitan un entornoadecuado
Quienesconviven con un perro o un gato tienen la responsabilidad de sentar las basesadecuadas para que su animal esté sano, tanto física como psicológicamente.
"Uno de los errores más habituales en la convivencia y educación denuestros compañeros de cuatro patas es su humanización (asignarles necesidadesy características de personas)", asegura Carmen Castro, psicóloga,coordinadora del área de terapias asistidas con animales del Colegio Oficial de Psicólogos de Madridy responsable de un centro de adiestramiento.
Según cuenta, 7 de cada diez visitas se producen porqueel animal no se comporta bien a causa de su humanización. "Porejemplo, acostumbrarlos a dormir siempre en la cama o darles pastillas dechocolate”, concreta Castro.
El experto en caninos Cesar Millán agrega también que "hace 50 años los problemas psicológicos de los perros no eran tan frecuentes porque eran tratados como animales y estaban en espacios grandes. Ahora viven dentro de una casa, aburridos y sin actividad física."
Entonces... ¿Cómo debemos tratarlos?
- Debemos entender que tienen necesidades diferentes. Por ejemplo, no necesitan jugar o comer cosas ricas como necesita un niño, pero sí o sí tienen que hacer mucha actividad física.
- Aunque parezca que nos "piden" comida, no tenemos que darles esos gustos, comer todo lo que comemos los humanos les hará daño.
- Les encanta pasear... ¡Para ejercitarse! Por eso pasearlos en un carrito o en brazos es una malísima idea.
- Sus horarios para dormir y para alimentarse siempre serán distintos a los tuyos, no trates de que se comporte como un humano más en la casa y mucho menos en la mesa.