El jabón de glicerina es neutro, es decir que tiene una pH similar al de nuestra piel. Es por eso que, a diferencia del resto de los jabones, no resulta abrasivo en la piel, lo cual lo hace ideal para aplicar sobre todo tipo de pieles. En aquellas que son grasas, con tendencia al acné, resulta muy útil por tender a limpiar a fondo las glándulas sebáceas. Al mismo tiempo, ayuda a reafirmar y mejorar las condiciones de las pieles finas y sensibles. Pero sus beneficios no terminan allí: además, es biodegradable.
En esta receta puedes incorporar las hierbas o los aceites esenciales que más te gusten. Al hacerlo, le agregarás al jabón propiedades terapéuticas adicionales.
Materiales
- Flores y/o hojas o frutos secos: algunas opciones son menta, romero, eucalipto o cáscaras secas de cítricos.
- Glicerina sólida: se consigue en las tiendas de artículos para artesanías.
- Aceites esenciales: pueden ser de eucalipto, de limón, de romero, de lavanda o de naranja.
- Moldes: puedes usar cubiteras o cualquier recipiente que tenga una forma que te guste. Si usas moldes de silicona, te resultará más sencillo desmoldar los jabones terminados.
- Alcohol isopropílico: colócalo en una botella con atomizador.
Instrucciones
1. Corta la barra de glicerina en pequeños trozos y derrítela siguiendo las indicaciones del envase. Por lo general, se hace a baño maría.
2. Lentamente, incorpora los aceites esenciales que hayas escogido. Usa alrededor de cinco gotas por cada 30 gramos de glicerina. Revuelve con suavidad para evitar que se formen burbujas. Al terminar, golpea ligeramente el recipiente sobre la mesada para liberar el aire que haya quedado dentro.
3. Cubre tus moldes con alcohol isopropílico. A continuación, coloca las flores secas y las hierbas y vierte la glicerina derretida por encima de ellas. Ten cuidado de que el molde no se desborde, especialmente si escogiste una cubitera. Por encima, rocía un poco más de alcohol. Éste evitará que se formen burbujas.
4. Deja que tus jabones se enfríen por completo, lo cual tomará entre una y dos horas. Luego, desmóldalos.