Por Clara Sacks
“Autosustentables” es una serie documental, que cuenta a través de 13 capítulos distintas formas en la que podemos estar afectando la naturaleza. Pero más importante, la idea de que existe gente que está tratando de cambiarlo. Como dice en la descripción: “muestran otra forma de vivir el presente, con la mirada puesta en el futuro de nuestro planeta”.
¿Alguna vez te preguntaste qué efectos negativos pueden tener las construcciones urbanas en la naturaleza? Más allá de la destrucción del ambiente, ¿qué pasará con toda la fauna asociada que tiene ese espacio? Quizás llegó la hora de empezar a pensar más en lo global, un bosque no es sólo un conjunto de árboles.
[También te puede interesar: Viajaron al fondo del mar y se encontraron con los efectos de la sobrepesca]
Ni bien terminé de ver este documental, me dieron ganas de tener una huerta, mi propio bosque, mis propios animales para poder vivir sólo de lo que puedo producir. Sin embargo, plantearse este estilo de vida para alguien que vive en la ciudad es un poco utópico, o por lo menos por ahora.
No sólo por el espacio, estamos atravesadas y atravesados por una cultura que determina el consumo como lo conocemos hoy en día. Leer al final la pregunta "¿Conocés la riqueza del ecosistema que habitás?" me descolocó totalmente, pero soy partidaria de que las cosas tienen que evaluarse en su contexto particular.
¿Qué riquezas tengo si vivo en un departamento en medio de la ciudad? ¿Puedo llevar a cabo una vida autosustentable? En realidad no tengo la respuesta pero a mí me enseñaron que, a veces, hay que parar la pelota y mirar. La incomodidad, por más molesta que sea, ayuda. No vamos a cambiar de un día para el otro nuestros hábitos de consumo pero sí podemos cuestionarlos.
Podré no tener mi huerta y mi bosque pero quizás pueda apuntar a tener hábitos más sustentables. Todo lo que consumimos, sean alimentos, formas de comprar e incluso marcas o materiales pueden ser más sustentables que otros. Podré no tener todas las herramientas para mañana llevar a cabo una vida autosustentable, pero cuestionar nuestra forma de consumo es el primer paso.
¿Somos igual de responsables nosotras y nosotros, ciudadanas y ciudadanos, que vivimos en distintas ciudades o pueblos que aquellas personas encargadas de hacer, promover y hacer cumplir las leyes?
Muchas veces tenemos la idea de que, como no podemos cambiar nuestros hábitos de un día para el otro, no hay que intentarlo. Pero si hay algo que me enseñó el hecho de ir de a poquito (y seguir) cuestionándome esto es que hasta el mínimo cambio que pueda hacer para intentar llegar a un estilo de vida sustentable funciona. Informarse del impacto que generamos es el primer paso de muchos.