El 19 de septiembre de 2017 un sismo impactó a la Ciudad de México y otras comunidades vulnerables. Ahí, el fantasma del terremoto de 1985 –que sucedió el mismo día– regresó a cambiar la vida de jóvenes que nunca habían vivido un temblor así de fuerte y de gente mayor que revivió la que tal vez había sido su peor experiencia.
En los días siguientes la Ciudad de México, a pesar del caós, demostró al mundo entero cómo un lugar en el que viven más de 20 millones de personas se puede convertir en un sitio de fraternidad y ayuda.
En las calles se podía ver a gente en bicicleta llevando víveres a los doctores que agotados tras horas interminables seguían atendiendo gente, había mujeres que ponían puestos de alimentos, pero que regalaban todo lo que hacían a cualquiera que pasara, pues toda la ciudad sabía que estaba buscando un mismo objetivo, ayudar a todos los que fuera posible.
¿Qué pasó después?
La ciudad continúa recuperandose, pero ese sentimiento de ayuda, cuando la gente donaba tiempo, dinero, víveres y más sin pensarlo dos veces ha quedado atrás. Parece que el ser humano necesita del peligro inminente para sacar el héroe que lleva dentro. Eso debería cambiar, ¿no crees? Estas son algunas cosas que todos podemos hacer todos los días que sin duda significarán el mundo para alguien más.
Dona comida
Quienes más la necesitan lo agradecerán, porque para muchos un día es una lucha constante en encontrar la forma de sobrevivir. La hambruna es un problema que se buscaba erradicar del planeta desde la mitad del siglo pasado y aún hay casi mil millones de personas con hambre en el mundo. Cocinar un poco de más para otra persona o incluso regalar un poco de lo que tienes no te afectará en nada.
Ofrece ayuda
Vivimos en una cultura en la que nos enseñan a hacer las cosas por nuestra cuenta y a no pedir ayuda a menos de que sea completamente necesario. Incluso así, hay gente que arriesga su empleo, grandes cantidades de dinero o su salud mental por no pedir ayuda. Si conoces a alguien que crees que necesita ayuda, ofrécela. Deja atrás la incomodidad y opta por ser una persona en la que pueden confiar.
Sé amigable
Hay personas que viven batallas internas todos los días y a veces lo único que necesitan es un gesto caluroso. Como sociedad en general debemos aprender a ser más empáticos con los demás. Tal vez vivir en una gran ciudad nos obliga a no mirar a los extraños a los ojos, pero se trata de construír comunidades como las que teníamos antes en las que todos podían ir con la mirada al frente y saber que la persona a su lado no era un peligro, sino alguien en quien podían confiar.
Comienza un voluntariado
Hoy puedes comenzar por inscribirte o por lo menos por comenzar a buscar alguno cerca de donde vives. Ser voluntario por causas sociales siempre es una experiencia gratificante que te dejará con ganas de decirle a todos que deberían intentarlo.
Vive por una causa
Lo que haces, tu trabajo y tus sueños, si los enfocas en ayudar a quienes menos tienen; eso ya cuenta como uno de los actos de bondad más grandes que puedes hacer. Cuestiona tus decisiones cómo afectan a los demás, recuerda que tienes la opción de cumplir tus sueños mientras ayudas a los demás o de cumplirlos y sólo conseguir un beneficio personal. Cuando todos cambiemos esa forma de pensar realmente tranformaremos al mundo.