La lucha contra el COVID-19 ya tiene más de un año en pie y aún no ha sido posible controlar por completo la pandemia mundial. Los especialistas trabajan sin descanso desde diferentes perspectivas para encontrar formas para evitar mayores contagios y de erradicar este virus. Si bien es cierto que las esperanzas por las vacunas aumentan cada día; es necesario hacer todo lo posible para evitar que este virus se siga propagando; por lo que hay que tomar todas las medidas necesarias.
El aire como medida prioritaria para evitar el contagio
Los resultados que han arrojado variedad de estudios permiten a muchos especialistas afirmar que la circulación de aire es un factor muy beneficioso para reducir las probabilidades de contagio del COVID-19. Ya ha sido comprobado que la probabilidad de contagio es muchísimo más alta cuando se trata de lugares cerrados en comparación con los espacios abiertos como parques, calles, plazas, entre otros.
Esta afirmación se puede sustentar con base en diversas investigaciones; una de los cuales analizó más de 50 estudios con una suma de más de 77.000 personas. Los resultados de la investigación aseguran que el 16,6% de las personas que conviven con un caso confirmado de COVID-19 se contagian; un porcentaje superior cuando se compara con otro tipo de virus como SARS y MERS.
Asimismo, se dio a conocer que las probabilidades de contagio son mucho más altas cuando se trata de un caso sintomático e inferior cuando el caso positivo es asintomático. Otros datos arrojan que los adultos son más propensos que los niños y que es mucho más probable contagiarse de la pareja que de cualquier otro familiar con el que se conviva.
Todos los datos recopilados apuntan a que al estar en un espacio cerrado, pero correctamente ventilado; es mucho menos probable que se dé un contagio, siempre y cuando se cumplan otras medidas como uso de mascarillas, lavado de manos y distanciamiento social.
¿Cómo reducir las probabilidades de contagios en lugares cerrados?
Considerando que los espacios cerrados implican una mayor tasa de contagio, se hace indispensable que se tomen en cuenta medidas que permitan reducir las posibilidades de infección. Es esencial que las personas que se encuentren en espacios cerrados atiendan a las medidas que todos ya conocemos: lavado de manos, distanciamiento social y uso correcto de la mascarilla. A estas medidas habría que añadir la ventilación para mejorar las probabilidades de mantener la salud.
Algunas de las estrategias que propone la OMS para mejorar la ventilación en áreas cerradas son las siguientes:
- Privilegiar la ventilación natural, abriendo ventanas y otras entradas de aire fresco.
- Si se cuenta con un sistema mecánico de aire, aumentar el porcentaje de aire externo; incluso, si es posible, en un 100%.
- Inspeccionar y cambiar de manera constante los filtros de ventilación artificial.
- Poner en marcha el sistema de ventilación por lo menos 2 horas antes de que el espacio sea ocupado y durante 2 horas más una vez que el área ha sido desocupada.