Comer comidas calientes o muy picantes produce una elevación de la temperatura corporal. Por ese motivo, muchas personas sudan al ingerir este tipo de alimentos. Eso es normal, y probablemente te haya sucedido.
Pero hay personas que sudan al comer cualquier cosa, o cuando ingieren alimentos específicos, que no provocan ese efecto en el resto de las personas: manzana, kiwi, caramelos de limón…
Si nunca te ocurrió, este artículo te parecerá extraño, pero la realidad es que hay personas que apenas dan un mordisco a una manzana experimentan una repentina oleada de sudor en el rostro y las mejillas, y puede volverse muy incómodo. Lo más raro es que la sudoración aparece específicamente en la cara, la sien, o alrededor de las orejas.
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¿Eres uno de esos casos? Tranquilo, tenemos una explicación para ofrecerte.
El síndrome de Frey
El síndrome de Frey es un problema de salud poco frecuente, provocado por una lesión en la glándula salival (parótida) de la mejilla. Puede ser congénito, aunque habitualmente aparece como una complicación de la cirugía de dicha glándula.
Fue descubierto en 1923 por la neuróloga polaca Łucja Frey-Gottesman, y su principal síntoma es, justamente, la sudoración y enrojecimiento de las mejillas, la sien o la piel cercana a las orejas, al ingerir ciertos alimentos.
Especialmente se da con los alimentos de sabores intensos, como las comidas ácidas o saladas, además de picantes.
La salivación y la sudoración
Las glándulas parótidas son las responsables de la salivación, y se sitúan a ambos lados de la cara. El proceso de salivación está relacionado con la ingesta de alimentos, además de que ayuda a la digestión.
Cuando se produce un daño en las glándulas parótidas, sus nervios pueden regenerarse de manera incorrecta, entremezclándose con otros. De esta manera, los mismos estímulos que generan la salivación también producen sudor y/o rubor facial.
Este es, básicamente, el síndrome de Frey. Se distingue porque, habitualmente, la sudoración y rubor se dan de un sólo lado de la cara.
¿Qué puedo hacer?
Por el momento, no se conoce una cura para este síndrome, aunque como siempre hay distintos tratamientos que pueden en algunos casos ayudar a reducir los síntomas.
Recuerda que este síndrome tiene que ver con un tipo de sudoración específica, y no es la única causa posible de sudor en el rostro por ingesta de alimentos. También se puede producir por alergia u otros problemas de salud. Así que si los síntomas te están molestando con frecuencia, deberías consultar a tu médico de cabecera.
Si es solo algo que te ocurre de tanto en tanto, puedes probar aplicando un paño mojado con agua fría para calmar el síntoma cuando suceda, o evitando el alimento que produce la reacción.
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