Seguramente alguna vez hayas escuchado la metáfora de ver en un vaso la parte llena o la parte vacía, como una comparación de cómo podemos ver, en lo mismo, algo totalmente diferente según el foco que elijamos darle.
Muchas veces sucede que, en el ritmo de vida al que estamos acostumbrados, si algo no nos sale como hubiéramos querido, lo sentimos rápidamente como un fracaso y todo pareciera teñirse rápidamente de gris. Pero si aprendimos a despejar esa visión y adoptar una actitud más positiva ante las pequeñas cosas que nos ocurren, no solo mejorará nuestro humor, sino que también, seguramente, contagiaremos una actitud positiva a nuestro alrededor.
Quienes se encuadran en las neurociencias sostienen que esto tiene, realmente, un lado científicamente comprobable. Por eso, si elegimos en nuestro día a día sonreír, aunque al principio sea forzado, en el cerebro se desata un proceso bioquímico en el que se combinan hormonas como la dopamina y la endorfina, que hacen que entienda que todo esté bien.
¿Cómo ayuda el optimismo a la salud?
Fortalece la salud del corazón
Según un artículo publicado en Psychological Bulletin, el bienestar psicológico podría ayudar a reducir el número de ataques al corazón, infartos, y otros problemas cardiovasculares. Además, se cree que las personas felices y optimistas suelen realizar más actividad física, comer comida saludable y dormir lo suficiente. Del mismo modo, también es común encontrar asociaciones entre el optimismo y una menor presión sanguínea o mejores niveles de lípidos.
Mejora los niveles de colesterol buenos
Un estudio de Harvard School of Public Health publicado en The American Journal of Cardiology descubrió que los participantes optimistas tenían mayores niveles de colesterol bueno y más bajos de triglicéridos que aquellos más pesimistas.
Reduce el estrés
Un trabajo de la doctora americana Barbara Fredrickson indica que las emociones positivas pueden reducir los efectos de experiencias negativas, ayudando a recuperarnos de estresores inmediatos, estabilizando el ritmo cardíaco y protegiendo al corazón.
Mejora la respuesta inmune
Un grupo de investigadores estudiaron a jóvenes y descubrieron que cuando se mostraban optimistas, también mostraban un sistema inmunológico más fuerte.
Alarga la vida
Los científicos descubrieron que el optimismo, la mayor calidad de vida y la longevidad están más relacionadas de lo que se creía. Por ejemplo, una investigación realizada por especialistas de la Escuela de Salud Pública de Harvard, basada en el análisis de datos de 70.000 mujeres que participaron de un estudio a largo plazo entre 2004 y 2012, señaló que las más optimistas tenían un riesgo casi un 30% menor de morir por alguna enfermedad como el cáncer, del corazón, respiratoria, ACV o infección.
Como señala el psicólogo Antonio Vallés: “El optimismo no cura las enfermedades, pero proporciona al cuerpo más recursos bioquímicos para luchar contra ella (...) Si tenemos ansiedad por nuestras preocupaciones, nuestro sistema nervioso autónomo o vegetativo se hiperactivará y alterará el equilibrio homeostático del organismo provocando problemas cardiovasculares, respiratorios, dolores musculares, etcétera”.
Por eso, el optimismo puede ser una alternativa para superar las situaciones difíciles y llevar una vida más tranquila y feliz.
Ventajas de ser optimista
- Un optimista no es alguien perfecto, sino el que no se da por vencido cuando las cosas no le salen como espera.
- Afronta los problemas con la esperanza de que todo va a ir mejor y toman los retos como un desafío que los motiva.
- Toman las situaciones como lo que son: momentos; y van resolviéndolas de a poco y con paciencia.
- Al sentir menos ansiedad, un optimista come y duerme mejor, llevando en hábitos más saludables.
- Contagian alegría a su alrededor, atrayendo amigos o contactos laborales.
- Pueden conseguir el objetivo que se propongan, ya que no se darán por vencidos ante el primer escollo.
- Están más sanos, suelen enfermar con menos frecuencia.
- Desarrollan una autoestima más fuerte.
- Pueden manejar mejor el estrés.
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¡Comienza hoy y contagia de alegría (y salud) a todos los que te rodean! Por eso, prepárate para hacerle frente a cualquier enfermedad con algo muy sencillo que puedes hacer frente al espejo: ¡una sonrisa!