Lavarse los dientes es uno de los hábitos de higiene que más rápido aprendemos en la vida. A esta altura, ya todos sabemos que debemos hacerlo de forma regular para mantener la limpieza de nuestra boca y evitar otros problemas odontológicos. Sin embargo, al igual que sucede con todos los hábitos, una vez que los haces, los vuelves a repetir una y otra vez tal como los aprendiste, sin siquiera pensar en ello.
Recomendaciones generales
- Cepíllate los dientes, por lo menos, dos veces al día, por la mañana y por la noche.
- Cambia el cepillo, por lo menos, cada 3 meses. Escoge uno de cerdas suaves y cabezal pequeño para alcanzar todas las áreas de la boca.
- Cepíllate también la lengua.
- Usa hilo dental, por lo menos, una vez al día, ya que el cepillo no alcanza los surcos entre las piezas dentarias.
Técnica de cepillado
¡Cuidado! ¿Cómo estás tomando tu cepillo? Debes hacerlo como si fuera un bolígrafo, no con el puño, ya que eso podría favorecer la sensibilidad dental.
Ahora comienza:
- Realiza movimientos suaves, cortos y con una presión leve, prestándole mucha atención a la línea de las encías.
- Comienza con las superficies externas de los dientes y muelas inferiores y superiores. La clave está en el ángulo: éste tiene que ser a 45º en relación al borde de la encía.
- Cepilla realizando movimientos circulares y con la misma inclinación del cepillo las superficies internas de los dientes y muelas.
- Ahora, cepilla los bordes de cada diente, especialmente en las muelas.
- Enjuaga haciendo buches.
- Usa hilo dental: corta un trozo de unos 30 cm de largo y enrosca las puntas en los dedos índice de las manos. Dobla el hilo entre cada diente formando la forma U y deslízalo suavemente para remover la placa.
- Ahora cepilla la lengua.
- Vuelve a enjuagar.
Sigue el procedimiento completo en este video, y verás cómo mejora tu salud bucal solo con cambiar este hábito.