La lucha contra el cáncer de mama viene desde hace muchos años, pero en el último tiempo se hace sentir con fuerza y cada vez más personas la relacionan con el lazo rosa. Pero, ¿a qué se debe esto?
Es posible que durante el mes de octubre, sobre todo, hayas escuchado hablar sobre el lazo rosa y la importancia de la lucha contra el cáncer de mama y el conocimiento de esta enfermedad.
Esto se debe a que, cada 19 de octubre se conmemora el Día Mundial contra el Cáncer de Mama, que fue impulsado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el objetivo de que las mujeres que padecen esta enfermedad se sientan acompañadas y además que, año a año, cada vez más personas accedan a controles, diagnósticos y tratamientos, así como también a la información necesaria sobre esta enfermedad que, detectada a tiempo, en muchos casos es posible su tratamiento.
Sin embargo, pese a las diversas luchas, marchas y eventos realizados a lo largo del mundo, al día de hoy existe desconocimiento sobre el cáncer de mama, y muchas mujeres que no se realizan los controles correspondientes o no los cumplen de forma completa.
Es en este contexto que el lazo rosa cobra importancia ya que, a lo largo de la historia se ha convertido en un símbolo de lucha contra este tipo de cáncer. Pero conozcamos un poco más sobre la historia y cómo es que se llegó a esto.
Lazo rosa: símbolo de cáncer de mama
Cada vez más gente vincula el lazo rosa con la lucha contra el cáncer de mama. Quizás no todos tengan la información completa o sepa de la importancia de realizarse los controles pero sí identifican a esta cinta como el símbolo contra esta batalla a la que año a año se enfrentan muchas mujeres.
Pero el lazo rosa tiene su historia, no siempre ha sido el símbolo de esta lucha. En general el lazo cruzado se ha utilizado a lo largo de los años para brindar apoyo ante una determinada situación, pero lo que quizás llama la atención de este es su color rosado.
Esto se debe a que, en 1991, Charlotte Hayley, una paciente de cáncer de mama, comenzó a repartir lazos cruzados de color melocotón, con una frase que decía “El presupuesto anual del Instituto Nacional para el Cáncer (de Estados Unidos) es de 1.800 millones de dólares y sólo un cinco por ciento se destina a prevención del cáncer. Ayúdanos a despertar a nuestros legisladores y a Estados Unidos vistiendo este lazo".
Hayley había superado la enfermedad y repartía estas cintas realizadas por ella misma con el objetivo de que la sociedad estadounidense tomara consciencia de lo importante que era contar con un presupuesto para luchar contra este tipo de cáncer.
La iniciativa de Charlotte, que se difundió por muchos lugares, llamó la atención en 1992, de Alexandra Penney, editora en jefe de la revista Self, destinada a temáticas sobre la salud femenina, quien se encontraba elaborando un artículo sobre el mes de octubre y la lucha contra el cáncer de mama.
Penney intentó contactar a Hayley con el fin de trabajar juntas, pero ella rechazó la propuesta por creer que era demasiado comercial. En ese entonces la revista sacó su artículo pero con su propio lazo rosa con la colaboración de la vicepresidenta para ese entonces de la marca de cosméticos Estee Lauder, Evelyn Lauder, con quien organizaron la segunda edición de Concientización sobre el Cáncer de Mama y distribuyeron lazos en las tiendas de cosméticos en la ciudad de Nueva York.
Tiempo después, Lauder creó la Fundación de Investigación para el Cáncer de Mama, que ha donado más de 325 millones de dólares a la investigación. A partir de ese momento el lazo rosa, y el color en general, se convirtió en el símbolo de apoyo y lucha contra esta enfermedad que afecta a un gran número de mujeres a lo largo de todo el mundo y también a hombres, aunque en un mínimo porcentaje.
Es por eso que es común en la actualidad, no sólo ver el lazo rosa, sino también mujeres marchando con remeras en este tono, así como campañas publicitarias con predominancia de este color, por mencionar solo algunos ejemplos.
Autoexamen mamario: importancia
Como se mencionó el acceso a información clara y precisa sobre esta enfermedad, así también como su difusión y el lazo rosa como distintivo a nivel mundial tienen una razón: y es justamente lograr el mayor alcance global de la misma para que la mayoría de las mujeres comprendan la importancia de los estudios médicos.
Y es que aunque cada vez se cuenta con mayor información sobre esta enfermedad, según datos de la Organización Mundial de la Salud, dentro de los casos de cáncer, un 16% de estos corresponde al de mama, un caso cada 12 mujeres. No sólo muchas de ellas padecen de esta enfermedad por año a lo largo del mundo, sino que una gran cifra muere por la misma.
Estos datos son preocupantes ya que es un cáncer que, si bien es difícil de prevenir, detectado a tiempo, es posible tratarlo. Por este motivo se hace principal énfasis durante las campañas de la importancia que tienen controles como las mamografías, que permiten detectar las lesiones benignas, cuando aún no son palpables.
Además, a excepción de algunos casos, estos chequeos son anuales, por lo que es indispensable realizar el autoexamen mamario por si se llega a detectar alguna anomalía durante el resto del año.
Asimismo, se deberán llevar a cabo los controles ginecológicos que incluyen pap, ecografías mamarias y transvaginales, que si bien en la mayoría de los casos son anuales, cada médico especialista determinará cuál es la frecuencia correspondiente según el caso necesario.
Todos estos pasos son fundamentales para detectar el cáncer de mama y uno no evita el otro. Cada mujer deberá realizarlos según su ginecólogo lo determine.
Autoexamen mamario: cómo hacerlo de forma correcta
Lo que ocurre tanto con el examen mamario como con el resto de los controles no sólo tiene que ver con una cuestión de información. Algunas mujeres, aunque tienen acceso a estos datos y saben de la importancia de los chequeos no los realizan por miedo.
Si correspondes a este grupo de gente es necesario que sepas que cuanto antes se detecte y lo trate un equipo de profesionales, más altas son las chances de poder tratarlo. Aunque de miedo no dudes en realizar no solo los controles, sino también el autoexamen mamario.
De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, el proceso se debe realizar entre 3 a 5 días después del comienzo del periodo menstrual, todos los meses, ya que las mamas no están tan sensibles o con protuberancias en ese tiempo del ciclo. En caso de estar en la menopausia, se debe realizar el mismo día, cada 30 días.
Paso 1: Si bien la mayoría de las personas que se realiza el autoexamen recuerda palparse pocas lo hacen de esta forma. En principio hay que acostarse boca arriba, ya que esta posición favorece el exámen del tejido mamario.
Paso 2 : Colocar la mano derecha por detrás de la cabeza. Con los tres dedos del medio de la mano izquierda presionar suavemente pero con firmeza y hacer movimientos pequeños para examinar toda la mama derecha. Hacer el mismo procedimiento con la mano derecha.
Paso 3: Sentarse o ponerse de pie y palpar ambas axilas ya que el tejido mamario se extiende hasta esa zona. Presionar suavemente los pezones y verificar si hay secreción. Repetir el proceso en la mama izquierda.
Paso 4: Poner las manos sobre la nuca e identificar que los codos queden a la misma altura de la cabeza, una vez hecho esto se debe llevar hacia adelante los codos. Con este movimiento es fundamental revisar si hay algún hundimiento en el seno o alguna masa.
Paso 5: Mirar las mamas directamente y visualizar si se ven algunos cambios en la textura de la piel, como hoyuelos, arrugas, piel que luzca como cáscara de naranja o que haya cambiado su coloración, así como llagas.
Ahora ya conoces cómo el lazo rosa se convirtió en un símbolo mundial de la lucha contra esta enfermedad, y la importancia de realizar los estudios de la forma adecuada y correcta.
Fuente: El Confidencial.