¿Hasta qué punto nuestros miedos son reales, o es la publicidad la que nos induce de alguna manera a pensarlos? En los últimos años, se nos ha vuelto cotidiano utilizar numerosos productos que prometen eliminar las bacterias de nuestras manos, o de nuestro hogar. Limpiadores, jabones, y detergentes aparecen representados como los nuevos súperheroes, capaces de protegernos de cualquier infección. Pero esto, ¿es realmente así o es una estrategia de venta? ¿Alguna vez te lo has preguntado?
La ciencia ha respondido esta pregunta con una declaración que se publicó en la revista 'Environmental Health Perspective'.
En ella, alrededor de 200 científicos y profesionales de la salud señalan su consenso acerca de que los productos antibacteriales no ofrecen tantos beneficios como se cree y que, por el contrario, incluyen aditivos que son tóxicos y pueden dañar al ambiente.
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"La gente piensa que ofrecen una mejor protección contra enfermedades, pero generalmente los jabones antibacterianos no funcionan mejor que el jabón y el agua", señala una de las autoras del documento, Barbara Sattler.
En este sentido, quienes adhirieron a la declaración encuentran que la publicidad y la comercialización de estos productos haciendo referencia a beneficios para la salud que no están comprobados y que, en algunos casos incluso, podrían resultar perjudiciales, sean regulados.
"Debemos desarrollar mejores alternativas y evitar exposiciones innecesarias a productos químicos", señaló al respecto Rolf Halden, profesor de Ingeniería de la Universidad Estatal de Arizona.
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En la declaración, además, los científicos y profesionales médicos alertan sobre los peligros y la falta de beneficios comprobados del Triclosan y Triclocarban, productos químicos que suelen usarse en artículos de cuidado personal y consumo. Afirman que ambos son disruptores endócrinos que se acumulan en el ambiente y son una fuente de compuestos tóxicos y carcinógenos.
"Debido a que los antimicrobianos pueden tener efectos adversos no deseados sobre la salud y el medio ambiente, sólo deben usarse cuando proporcionan un beneficio para la salud basado en evidencia. Se necesita una mayor transparencia en las formulaciones de los productos y antes de incorporar un antimicrobiano en uno de ellos, se deben evaluar los impactos a largo plazo sobre la salud y el medio ambiente", concluye el estudio.
Si bien la Agencia Americana del Medicamento (FDA) ha restringido el uso de triclosan y triclocarban en ciertos tipos de jabones, los científicos consideran que debería irse más allá, ya que también se encuentran en otros productos como prendas de vestir, utensilios de cocina, recipientes de almacenamiento de alimento, o pinturas, entre otros. Además, temen que, si se prohíben, simplemente se las reemplace por otros compuestos aún peores.