El caso de Justina, unapequeña de 12 años que necesitaba un trasplante de corazón, conmovió a Argentina hace algunas semanas, cuando la niña y su familia comenzaron una campaña para pedir un corazón no solo para ella, sino para todos los que lo necesitaran.
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El trasplante que necesitaba Justina no llegó a tiempo. Ella falleció, y todo el país quedó conmovido, pero algo que ella despertó no va a dormirse: la conciencia sobre la donación de órganos.
Elcaso de Justina
Justina Lo Cane, de 12 años,esperaba un corazón y murió este miércoles a la mañana. Así lo confirmaron desdela Fundación Favaloro. Justina estabaprimera en la lista de espera para recibir un corazón luego de que su salud seresintiera en los últimos días. Esperabael trasplante desde hace más de tres meses.
Desde ese momento su familia lanzó una campaña para concientizar sobre laimportancia en la donación de órganos y pedía con urgencia un corazón paraJustina, pero también para todos los necesitados de un trasplante: así lo había pedido la niña. Quería ayudar a todos los que pudiera. La etiqueta #LaCampañaDeJustina se viralizó rápidamente y sumó elapoyo de artistas, deportistas y personalidades de distintos ámbitos.
El cinco de noviembre, los padres de otra niña de12 años que fue asesinada en medio de un robo decidieron donar losórganos de su hija pensando en que quizás podían salvarle la vida a Justina.Sin embargo, el trasplante no se pudorealizar porque el corazón no era compatible.
¿Cómo podemos convertirnos en donantes de órganos?
En la mayoría de los países toda persona mayor de 18 años puedemanifestar su voluntad respecto a la donación de sus órganos o tejidos. En el caso de los niños fallecidos, son los padres quienes deben dar su consentimiento.
En general, los trasplantes son posibles cuando la persona murió en un accidente, o por un accidente cerebrovascular o infarto de miocardio, porque en esos casos, los demás órganos permanecen sanos.
Llegado el momento, los médicos determinan cuales son los órganos y/o tejidos aptos para trasplante.
Para poder donar órganos, la persona debe morir en la terapia intensiva de un hospital. Sólo así puede mantenerse el cuerpo artificialmente desde el momento del fallecimiento hasta que se produce la extracción de los órganos. Esa es una de las razones por las que muchas veces, aunque muera un donante, los órganos no puedan servir a otros. Esa es la razón por la que es importante que todos estemos inscriptos como donantes, porque nunca se sabe quien podrá efectivamente convertirse en uno.
En el caso de los tejidos, no es necesario que la muerte se produzca en una terapia intensiva. Las córneas, por ejemplo, pueden extraerse en el domicilio y hasta varias horas después del deceso. Por eso, la familia puede informar de la voluntad de una persona de donar sus órganos, luego de su deceso.