El budismo es una doctrina filosófica y espiritual que nació en la India y que se propone como un camino de transformación tanto personal como social. 

Hace muchos años en Japón, vivió un famoso guerrero samurái llamado Miyamoto Musashi quien de pequeño quedó al cuidado de un sacerdote budista. Para él la lucha era más que un combate; todo significaba una enseñanza en la evolución personal. 

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¿Cuáles fueron para él las "reglas" de la vida que podrían ayudarte a ti a convertirte en un verdadero guerrero en tu interior? 

1. Acepta

Aceptar no quiere decir resignar, sino entender que en la vida hay ciertas cosas que no podemos cambiar, y sobre las que no tenemos control, incluso en nosotros mismos a nivel inconsciente. Aprender de lo que nos sucede e intentar ser cada día mejor es la contracara de vivir en una queja constante.

2. Sé empático

La felicidad verdadera está en poder ponerse al servicio del otro, desarrollando la empatía y dejando el ego de lado. Más que pensar demasiado en uno mismo, lo más auténtico es permitirse ser; ya que desde ese trabajo de aceptación personal será más sencillo poder dejar ser a los demás. 

3. Deja de lado el deseo de posesión

El deseo es el motor de muchas cosas, pero entendido como el deseo de poseer solo conduce a la insatisfacción. Porque cuánto más tienes, más deseas. El verdadero poder está en el desapego. 

4. Ten cuidado con el arrepentimiento

Tener la humildad para aceptar los propios errores es una actitud positiva, pero el arrepentimiento conduce a que el error se vea como una condena y no como un aprendizaje. 

5. Deja la queja

La queja es la falta de la aceptación. Puede emanar mala energía y atormentar a uno mismo y a los demás. No genera movimiento, sino detención. 

6. Deja de lado lo que no necesitas

Desapégate de los objetos que realmente no necesitas. Libera tu mente quitando las cosas que conservas por acumulación.

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7. Confía en tu criterio

Sé fiel primero contigo mismo. No te dejes influenciar por las opiniones de los demás. 

8. No temas a la muerte

La muerte es también parte de la vida. No temas, acepta. Y vive tu presente con intensidad y conexión contigo mismo.