El trabajocontemporáneo obliga a millones de personas a sentarse por horas frente a unmonitor aún cuando su instinto, intuición y hasta razonamiento le dicen quedebería hacer más cosas. Obligan a su atención a fijarse en el pequeño monitory aceptar el universo de cosas que suceden sólo ahí, ignorando la realidad a sualrededor.
Recientemente seha descubierto que prestar atención de esa forma puede ser más perjudicial paralas empresas que el dejar que la gente vea y analice otras cosas. Hay algollamado “atención dirigida”, que es eso que nos obligamos a hacer frente a lacomputadora. Nuestros sentidos son racionalmente dirigidos y “aprisionados”para servir a un propósito. Un ejemplo es cuando leemos un libro que nos cuestatrabajo entender, obligamos a nuestros sentidos a poner atención a cada letrapara no dejar pasar por alto ningún detalle.
¿Qué tienen que ver las plantas con esto?
La “atención no dirigida” es algo parecido a nuestra visión periférica. Nuestra mente capta cosas a las que tal vez no parece que le pongamos atención, pero ahí están. Por ejemplo, al caminar por un parque, nuestra atención se dirige por donde caminamos o quizá en algún detalle específico, pero al mismo tiempo vemos las hojas de los árboles caer e inmediatamente pasamos a observar la corteza de un árbol y el reflejo de las hojas de una planta a unos metros de distancia.
Basados en la teoría de que la gente se siente mejor rodeada de espacios naturales, científicos estadounidenses hicieron varias pruebas en las que un grupo de gente trabajaba en un espacio neutral, sin plantas o algo por el estilo, mientras que el otro sí las tenía.
Aunque antes tuvieron test de memoria que los situaban con las mismas capacidades de retención, al finalizar el experimento los que trabajaron junto a plantas aumentaron su capacidad de memoria y tuvieron un mejor rendimiento, a pesar de que su atención se centraba en el trabajo y en ellas.
Las pruebas apenas son el primer paso para entender la relación entre mente y naturaleza (aunque sea a tan pequeña escala), pero sin duda se trata de una gran noticia. Si tener un par de plantas en tu oficina puede mejorar tu memoria, imagina lo que pasaría si llenas tu casa de plantas que huelan bien, te ayuden a relajarte y le den mucho más brillo y vida a tu hogar.
Cuáles son las mejores plantas para mejorar la inteligencia
- La lengua de vaca o tigre purifica las toxinas del aire a su alrededor, por eso es ideal para mejorar la concentración, ya que permite que más oxígeno llegue al cerebro.
- La llamada cinta de novia tiene la misma función.
- Las rosas, sobre todo si duermes cerca de ellas, pueden ayudar a la memoria de largo plazo.
- El ginko biloba, con su sola presencia, mejora la memoria a corto plazo y a largo también.