Este mes, los cielos nocturnos brindarán un show astronómico especial. Se trata de la llegada de la lluvia de meteoros de las Leónidas, un suceso que captura el interés de fanáticos y estudiosos por igual. ¿Cuándo es la lluvia de estrellas fugaces que decorará al cielo?.
Visible a mediados de noviembre, la lluvia de meteoros Leónidas es un fenómeno astronómico particular que puede prometer decenas de estrellas fugaces por hora, pese a las complicaciones que podría presentar la presencia de la Luna llena.
La lluvia de meteoros Leónidas ocurre cuando la Tierra atraviesa la estela de partículas que dejó el cometa Tempel-Tuttle cuando pasó cerca de nuestro planeta. Este cometa, fue descubierto por el astrónomo alemán Wilhelm Tempel en 1865. El cuerpo galáctico Tempel-Tuttle completa una órbita alrededor del Sol cada 33,8 años, y su paso deja partículas que generan destellos luminosos que caracterizan este maravilloso espectáculo espacial.
¿Cuándo es la lluvia de estrellas fugaces que decorará al cielo?
Este año, la actividad de las Leónidas se extiende desde el 6 de noviembre hasta el 30 de noviembre, alcanzando su punto máximo entre la noche del 17 y el amanecer del 18 de noviembre, según los estudiosos. Durante este paréntesis, los observadores podrán ver casi 15 y 20 meteoros por hora en condiciones óptimas.
Sin embargo, la coincidencia del pico de las Leónidas con la fase de Luna llena, el 15 de noviembre, significa que el brillo de nuestro satélite podría opacar algunos de los meteoros menos luminosos, dificultando la observación.
Los astrónomos sugieren que, para maximizar la experiencia, es ideal observar en lugares distantes de fuentes de luz artificial, y buscar momentos específicos en los que la Luna esté baja en el horizonte. En las primeras horas de la mañana, cuando la constelación de Leo, radiante de las Leónidas, se eleva en el cielo, la visibilidad podría ser mejor.
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Un show épico de “tormentas de meteoros”
La lluvia de meteoros de las Leónidas es única entre otros eventos astronómicos por su capacidad de producir “tormentas de meteoros” cada 33 años, durante las cuales la tasa horaria cenital (ZHR, por sus siglas en inglés) puede alcanzar los 500 meteoros por hora.
Esto se debe a que la esfera terrestre atraviesa corrientes de polvo más pesadas distribuídas por Tempel-Tuttle en sus órbitas previas. En este sentido, uno de los fenómenos más memorables sucedió en 1833, cuando se registró una impresionante tormenta de meteoros con un ZHR de hasta 100.000 meteoros por hora, iluminando el firmamento de América del Norte.
¿Cómo y dónde observar las Leónidas
Para observar las Leónidas, es clave buscar un espacio con cielos despejados y alejado de la contaminación lumínica. Aunque el punto de origen de esta lluvia, llamado el radiante, se ubica en la constelación de Leo, los cuerpos celestes pueden aparecer en cualquier lugar del cielo. Los momentos más prósperos son las primeras horas antes del amanecer, cuando el radiante está más alto en el cielo, posibilitando una visibilidad óptima.
Las observaciones de las Leónidas no solo responden a un deleite visual, sino que desempeñaron un rol crucial en el entendimiento de la astronomía y la naturaleza de los meteoros. Antes del siglo XIX, se estimaba que los meteoros eran fenómenos atmosféricos.
Desde entonces, la indagación sobre las Leónidas y otras lluvias de meteoros evolucionó expansivamente. En cuanto a los espectadores de 2024, quienes logren hallar las condiciones adecuadas, podrían tener la suerte de ver una de las lluvias más icónicas en el ámbito astronómico. Este año, el 17 y 18 de noviembre se traza como el mejor período para apreciarlas, a pesar de que el brillo lunar pueda interferir.