Durante décadas, los astrónomos trabajaron bajo la suposición de que la Estrella de Belén era un objeto celestial. Pero, ¿realmente lo fue? Esta estrella se hizo mundialmente conocida porque guió a los Reyes Magos de Oriente hasta el mismísimo portal de Belén, donde el niño Jesús acababa de nacer
Lo cierto es que el evangelio de Mateo narra sobre unos magos de Oriente que acudieron a Belén a adorar a Jesús recién nacido. Ellos encontraron el camino hacia el bebe al ser guiados por una estrella que, con los años, se convirtió en un símbolo religioso que adorna la Navidad alrededor del mundo.
Ahora bien, ¿Qué fue exactamente lo que vieron Melchor, Gaspar y Baltasar? ¿Fue una estrella? ¿O quizás una simple conjunción de planetas? Para responder a todas estas preguntas la astronomía tomó cartas en el asunto, siendo estas sus conclusiones.
LAS POSIBILIDADES: cuatro teorías
1- Según la ciencia existen cuatro formas de explicar el fenómeno de la estrella de Belén. Una de ellas concluye que lo que se pudo haber visto fue un meteorito. Sin embargo, esta es una de las teorías menos creídas porque como todos sabemos, cuando un meteorito atraviesa la atmósfera, se desintegra en el cielo en cuestión de segundos (siempre y cuando no impacte en el suelo). Pero, la estrella de Belén, según cuenta la historia, guió a los magos durante semanas completas y no solo unos segundos. ¿Teoría uno? Descartada.
2- La segunda posibilidad que afirman los astrónomos es que fuera un cometa. A diferencia de un meteorito estos cuerpos sí pueden brillar en el cielo durante un tiempo prolongado, incluso meses. Uno de los cometas más conocidos y famosos lleva el nombre de Halley. Su órbita le trae cerca de la Tierra cada 76 años y de hecho fue visto por última vez en 1986.
Sin embargo, la fecha de sus avistajes no coincide con el nacimiento de Jesús porque, este cometa, habría sido observado durante los meses de agosto y septiembre del año 11 DC. Aunque, la ciencia no descarta esta posibilidad y por ello es un fenómeno que sigue actualmente siendo estudiado por las mentes más brillantes del siglo 21.
3- Otra posible explicación que responde a lo que los Magos pudieron haber presenciado es la muerte de una estrella. La muerte de una nova se produce como una explosión termonuclear. Es decir que, la estrella libera en cuestión de segundos una excesiva acumulación de hidrógeno. Se cree que si la estrella está cerca del planeta, este proceso puede observarse desde la Tierra como una luz en el cielo sin previo aviso. Y, tras algunos días o semanas, ese resplandor se desvanece lentamente.
Por otro lado, la explosión de una supernova, eclipsa a toda la galaxia que la contiene por su propio tamaño. Esto significa que incluso puede ser vista durante el día debido al brillo tan particular e intenso que caracteriza este momento. Durante la historia de la humanidad, diversas figuras que sabían leer y escribir, dejaron asentados en textos la descripción de lo que parecería ser una explosión de una supernova en los años 1006, 1054, 1572 y 1604. Sin embargo, no existe tal relato en durante el nacimiento de Jesús. Si esto ocurrió, nadie, en ninguna cultura, documentó el hecho.
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4-La última teoría y quizás la más creíble al presente no sólo por la ciencia sino también por la humanidad no religiosa es que los tres Magos fueron testigos de una conjunción planetaria. Específicamente se cree que Júpiter y Saturno, los dos planetas más grandes del sistema solar, se unieron provocando un fenómeno astronómico conocido como la “Estrella de Navidad” o “Estrella de Belén”.
Ahora la pregunta del millón, ¿ocurrió alguna conjunción planetaria de este tipo entre los años 7 y 2 AC? La respuesta es que sí. Los astrónomos determinaron que, durante ese período, múltiples fenómenos planetarios se llevaron a cabo y que los mismos podrían haberle dado vida a la estrella de Belén. ¡Tenemos una teoría ganadora!
Lo cierto es que entre Babilonia y Judea (distancia que recorrieron los Reyes Magos a camello) existen mil kilómetros de distancia, lo cual hubiese requerido ocho meses de viaje para llegar de un punto al otro. Sin embargo, una conjunción dependiendo de la cercanía que tenga a la Tierra, puede durar este lapsus de tiempo. Todos estos elementos llevan a creer que la conjunción de planetas es la explicación más certera para la conocida Estrella de Belén.
Los dos planetas brillaron ese día extraordinariamente cerca el uno del otro. Y cuando Venus se retiró, Júpiter permaneció junto a Leo por lo menos durante diez meses más, sumando su brillo al de la estrella. Si el encuentro de los tres Reyes Magos con Herodes se produjo durante la primavera del 2 AC, las fechas encajarían a la perfección.
De hecho, tras su primer encuentro y después de que Júpiter y Leo siguieran brillando juntos en el cielo, Venus regresó a la zona y se alineó con Júpiter en junio del 2 AC. El día 17 de ese mes los brillos de los dos planetas fueron tan intensos que llegaron a confundirse.
estrella de belén flor
La estrella de Belén (planta) es la que se puede ver en la imagen. Esta flor cuenta con atractivos racimos de en forma de estrella o copa, que surgen en la parte superior del tallo durante la primavera o verano y, por todos estos elementos, se la conoce como estrella de Belén.
Esta especie de Ornithogalum se utiliza en el jardín por su valor ornamental y el poco mantenimiento que requiere esta especie bulbosa. Además, su forma se asemeja a la estrella de Belén, simulando un dibujo o representación del mítico astro en la tierra.