¿Alguna vez se ha preguntado cómo sería entrar en un agujero negro, esos abismos del cosmos donde la fuerza de la gravedad es tan abrumadora que ni siquiera la luz puede liberarse? Por supuesto, ningún ser humano podrá hacerlo, al menos en un futuro previsible. Sin embargo, para los curiosos de los enigmas del universo, la NASA ofrece una ventana a este inabarcable espectáculo a través de una nueva visualización de 360°.
Imagina así orbitar un agujero negro justo antes de ser absorbido por el horizonte de eventos, ese límite del cual nada retorna. La experiencia, irreproducible en la realidad, ha sido recreada gracias a tecnologías de simulación porque, en efecto, ninguna tecnología real podría sobrevivir tal encuentro.
"La gente pregunta a menudo sobre esto, y simular estos procesos difíciles de imaginar me ayuda a conectar las matemáticas de la relatividad con las consecuencias reales en el universo real", afirma Jeremy Schnittman, astrofísico del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA en Maryland, cerebro detrás de estas visualizaciones.
Schnittman describe dos escenarios hipotéticos: uno donde una cámara, en lugar de un valiente astronauta, evita el horizonte de eventos y regresa catapultada hacia el espacio, y otro en el que traspasa este límite, sellando su destino en el vacío cósmico.
Junto a Brian Powell, otro científico del Centro Goddard, Schnittman empleó el superordenador Discover para este proyecto que procesó alrededor de 10 terabytes de datos, consumiendo apenas un 0.3 % de su capacidad durante cinco días. La tarea habría tomado más de una década en un ordenador común, según un comunicado de la NASA.
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Agujeros negros: dos escenarios diferentes
En uno de los vídeos, se simula un viaje hacia Sagitario A*, el colosal agujero negro en el corazón de nuestra galaxia. La cámara se aproxima, orbita y finalmente se sumerge en el horizonte de sucesos, mostrando el fenómeno conocido como espaguetización, donde la distorsión extrema de espacio y tiempo estira todo a su alrededor. A medida que la cámara es succionada, el cielo simulado se contrae y momentos después, la cámara se oscurece al chocar con la singularidad, el centro unidimensional del agujero negro, donde las leyes de la física clásica dejan de existir.
El segundo vídeo ofrece una ruta de escape, donde la cámara bordea el horizonte, pero nunca lo cruza, completando una órbita de seis horas. Al regresar, gracias a las distorsiones temporales causadas por el agujero negro supermasivo, los astronautas encontrarían que han envejecido 36 minutos más que el observador.
"Esta situación puede ser aún más extrema", señala Schnittman. "Si el agujero negro rotara rápidamente, como el que se muestra en la película de 2014 Interstellar, regresaría muchos años más joven que sus compañeros".
Sagitario A* posee una masa de 4.3 millones de soles y un horizonte de sucesos de 25 millones de kilómetros de diámetro. En la visualización, el agujero negro se abalanza desde una distancia inicial de 640 millones de kilómetros.
"Si tienes que elegir, mejor caer en un agujero negro supermasivo", advierte Schnittman. "Los agujeros negros de masa estelar, mucho menores, desgarrarían cualquier objeto antes de alcanzar su horizonte debido a sus intensas fuerzas de marea".
Fuente: DW.