La pedagogía Waldorf fue iniciada por el filósofo y pedagogo austríaco Rudolf Steiner en 1919, y tiene como finalidad buscar el desarrollo integral de cada niño, niña y adolescente, respetando sus ciclos madurativos, en un ambiente libre y cooperativo.
En esta nota te contamos 4 motivos por los cuales la pedagogía Waldorf puede considerarse un método de enseñanza y aprendizaje ejemplar. Además, te detallamos cuáles sus diferencias respecto al sistema educativo convencional.
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1. Pedagogía centrada en el niño, la niña y el adolescente
Es una metodología centrada en el alumno, se respeta su libertad y sus ritmos de aprendizaje. Los docentes parten de los intereses del alumnado para llevar a cabo sus intervenciones educativas, respetando sus tiempos y procesos en el aprendizaje.
La finalidad es conducirlos a un desarrollo equilibrado de intelecto, desarrollo afectivo-social y psicomotor. Se los prepara a nivel profesional, pero también como personas con valores humanos, pensamiento autónomo y crítico, capaces de aprovechar sus potencialidades para aprovecharlas al máximo a futuro; por lo que, el viejo sistema de transmisión y reproducción de conocimientos en el aula tiene una importancia relativamente menor.
2. Enseñanza motivadora para el alumnado
En consonancia con el punto anterior, se respetan los procesos de aprendizaje de cada alumno, de modo que puedan ir a su ritmo, interiorizando los conocimientos. Se busca despertar un genuino interés por el aprendizaje, fomentando el pensamiento creativo y la búsqueda de soluciones a diferentes problemas, que puedan desarrollar responsabilidad y autonomía.
A diferencia de lo que comúnmente se cree, el sistema Waldorf incluye en sus planes de estudios las asignaturas establecidas por los gobiernos, pero además incorpora materias propias relacionadas al arte y los oficios, con el fin de fomentar la creatividad, de que el conocimiento de las materias sea asimilado a través de la experiencia, y que no quede en la simple transmisión oral y escrita de los contenidos.
Otro de los puntos interesantes es que la enseñanza tiene un enfoque no competitivo: no se entregan notas a los niños y niñas; sólo se hace una evaluación cualitativa e individual por parte de los tutores que se les es entregada a los padres al final del curso escolar.
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3. Seguimiento en cada etapa de desarrollo y acompañamiento individualizado
Los alumnos tienen el mismo maestro- tutor para cada etapa educativa: uno para los primeros seis años de Educación Primaria y otro en los seis años de Educación Secundaria y Bachillerato. El objetivo es afianzar los vínculos para que haya confianza y una buena convivencia.
4. Se fomentan valores humanos
La pedagogía Waldorf fomenta el trabajo cooperativo entre los alumnos y la solidaridad, además de transmitir valores como la responsabilidad, motivación, independencia, voluntad, empatía, creatividad, autonomía y paciencia.
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Sin dudas, estas escuelas presentan una método muy interesante y creativo, que colaboran en el desarrollo integral de los niños y sus capacidades, e implican un compromiso importante por parte de los docentes que acompañan.
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