En un contexto global donde la sostenibilidad es urgente, la producción responsable ha pasado de ser una opción a convertirse en una obligación. Y dentro de una industria de la moda, a menudo criticada por su carácter efímero, FUNYI emerge como un ejemplo de compromiso con el ambiente y la inclusión social. Creada por Juan Pablo Trzenko y Diego Vinokur, esta marca se especializa en la producción de accesorios textiles, como gorros piluso y diversos modelos de bolsos y carteras, todos fabricados con materiales recuperados y confeccionados en cooperativas de trabajo.

Una marca con raíces profundas y un enfoque natural

FUNYI no es solo una empresa; es un proyecto con una misión clara. Su nombre, inspirado en el lunfardo tanguero, alude a los sombreros que fabricaba el bisabuelo de Diego. Esta conexión histórica se entrelaza con una visión moderna, influenciada por la naturaleza y el mundo de los hongos, que funcionan como símbolo de regeneración y apoyo a la vida en el planeta. Esta filosofía guía cada aspecto de la marca, desde el diseño de los productos hasta su impacto en la comunidad y el ambiente.

Compromiso ambiental: Economía circular y ahorro de recursos

En FUNYI, la sostenibilidad ambiental es un principio clave. La marca apuesta por la economía circular, utilizando telas recicladas que provienen de descartes y sobrantes de fábricas textiles. Esta práctica no solo minimiza el desperdicio, sino que también conserva recursos valiosos, como el agua, al evitar procesos de teñido adicionales. Además, la elección de materiales reciclados contribuye a reducir la huella de carbono de la producción, ofreciendo una alternativa a los métodos convencionales que suelen ser perjudiciales para el medio ambiente.

Impacto social: Trabajo con cooperativas y apoyo a las comunidades

Más allá de su compromiso ambiental, FUNYI coloca un fuerte énfasis en el impacto social. La marca trabaja estrechamente con cooperativas de trabajo en diversas zonas, proporcionando empleo y oportunidades de desarrollo a personas en situaciones vulnerables. Este enfoque no solo beneficia a los empleados, sino que también fortalece a las comunidades, creando un círculo de apoyo y crecimiento mutuo. Por ejemplo trabaja en conjunto con la ONG Sonrisas en Esteban Echeverría, apoyando el desarrollo de un taller textil que forma parte del programa de auditorías del INTI, demostrando que su compromiso social va más allá de lo económico, abarcando también la capacitación y el bienestar de sus colaboradores.

Sostenibilidad económica: Crecimiento compartido para un impacto duradero

El enfoque de FUNYI no solo se centra en la sostenibilidad, sino que también se apoya en una base económica sólida, fundamental para la continuidad y expansión de su misión. La marca promueve un modelo de negocio donde el éxito se comparte entre todos los que participan en su ecosistema, desde los productores hasta los consumidores. "Queremos que todos crezcan y se beneficien", destacan sus Directores. Esta visión asegura que el progreso económico esté alineado con el bienestar social y ambiental, generando un cambio positivo que trasciende la propia marca.

Existe otra manera de producir, trabajar y consumir.

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