Bolsa de tela o bolsa de papel. Es una dualidad que se presenta cada vez que alguien nos ofrece estas dos posibilidades, pero seguro que las de plástico quedan fuera de discusión. Ya se sabe que estas son una de las principales causas de contaminación en océanos y suelos.
Sin embargo, la bolsa de papel o cartón, color marrón, no es tan sustentable como se piensa. Es necesario usarlas hasta tres veces para que su ciclo de vida, desde la extracción de la materia prima a la fabricación o el transporte, haya perjudicado menos al planeta que una de plástico. Ahora bien, si la de plástico se usa parra el contenedor de basura, por ejemplo, la de papel sale perdiendo.
Para saber cuál es su recorrido durante su vida útil, vamos a dividir sus etapas de vida.
¿De dónde sale?
Las bolsas de papel se realizan a partir de los árboles, las de plástico se realizan con petróleo. Aunque muchas veces se dice que los plásticos se obtienen de los residuos del petróleo, en realidad se suelen sacar de gas licuado de petroleo, el que si no se utilizase para la producción de plásticos, se podría utilizar como combustible.
Por otro lado, para la fabricación de papel se suelen utilizar maderas de pino y de eucalipto. Hace un par de años, Greenpeace presentó un informe sobre el problema de las plantaciones de eucalipto para producir madera: están arrebatando mucho espacio a los bosques autóctonos.
¿Cómo se hace?
Para producir una bolsa de papel se necesita cuatro veces más energía que para producir una de plástico. La mayoría de las bolsas de papel se producen calentando la madera a altas temperaturas con una mezcla de químicos, lo que genera tóxicos que contaminan el aire y el agua. Según el mismo informe, el proceso de producción de las bolsas de papel contamina el aire un 70% y el agua un 50% más que las de plástico. Además, para producir bolsas de papel se usa tres veces más agua de la que se requiere para hacer bolsas de plástico.
¿Cómo es la distribución?
Las bolsas de papel son normalmente de 5 a 7 veces más pesadas y además ocupan un volumen mucho mayor que las de plástico. Lo que requiere mayor espacio para transportarlas y al ser más pesadas una mayor cantidad de combustible.
Cuando no se usan más
La bolsa de papel se puede reciclar de 4 a 7 veces. Poco a poco va perdiendo su consistencia por lo que hay que mezclarlo con nueva pasta procedente de la madera. Si la bolsa termina en la basura, aunque el papel es biodegradable, las condiciones que se dan en un relleno sanitario hacen que no se degrade por la falta de agua, luz y oxígeno.
¿Papel o plástico?
Con tantos ejemplos, llegamos a la conclusión de que el papel no es es tan inocuo como se piensa, y lo se debe hacer, de manera urgente, no es sustituir el plástico por el papel, sino evitar los productos desechables.
El asunto es otro: hay que acabar con la cultura del usar y tirar. Y dejar de utilizar materias primas nuevas cuando ya hay otras que, para el mismo fin, pueden durar años. La clave está en no utilizar ninguna de estas dos bolsas, sino optar por otra alternativa que no tenga tantos costos en su producción, distribución y desecho.
El cambio debe venir de la forma de consumo, de dejar de usar y desechar, de consumir menos aquello que tiene una vida útil muy corta, y optar por conocer nuevas formas y hábitos para comprar aquello que se necesita.
Para pensar sobre esto, te compartimos la charla TED de Leyla Acaroglu: